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Roberto Manrique, a su llegada ayer a la cárcel para reunirse con Rafael Caride. :: DAVID AGUILAR / EFE
ESPAÑA

«Caride reconoce que lo de Hipercor fue una masacre»

Roberto Manrique, víctima del atentado de ETA, se encontró ayer en la cárcel alavesa de Zaballo son un miembro del comando

IVÁN ALONSO
BILBAO.Actualizado:

Roberto Manrique, uno de los 45 heridos en el atentado de Hipercor, ha contado muchas veces cómo aquel 19 de junio de 1987 no tenía que trabajar en la carnicería del supermercado, pero que cambió el turno a un compañero y fue aquel azar el que le llevó a sufrir los efectos del coche-bomba que ETA había colocado en el aparcamiento. Como consecuencia de la explosión 21 personas murieron; muchos quedaron como él heridos sin entender por qué la banda había elegido un centro comercial para sembrar el terror indiscriminado. Ayer Manrique empezó a encontrar respuestas a algunas preguntas cuando en la prisión alavesa de Zaballa se encontró cara a cara con Rafael Caride Simón, uno de los miembros del comando responsable de la matanza.

Con la carpeta bajo el brazo en la que llevaba la carta que el condenado le envió hace unos meses en la que reconocía el «daño y el sufrimiento» causados, Manrique cruzó la puerta del centro rumiando su pregunta inicial: «¿Qué hace un gallego en ETA matando gente en Cataluña porque se lo manda un vasco que vive en Francia?». Comentó que solo si la respuesta le parecía «coherente» continuaría el encuentro. El cara a cara entre víctima y verdugo, impulsado por el Ministerio del Interior, duró casi dos horas.

La entrevista tuvo lugar en una habitación con una mesa y cinco sillas. En medio, el director del centro, Juan Antonio Pérez, como oyente y mediador. «Nos hemos mirado -contó después Manrique-, nos hemos dicho 'buenos días' y le he explicado que no le iba a dar la mano por respeto al dolor de las víctimas. Y lo ha entendido».

Caride ha respondido a su pregunta inicial explicándole que había emigrado desde Galicia a Euskadi en los años setenta y que para él la continuidad de su lucha antifranquista era integrarse en los ambientes de la izquierda abertzale, y de ahí ingresar en ETA. «Ha repetido muchísimas veces el dolor que sintieron al ver la salvajada que habían cometido. La palabra que ha utilizado constantemente era masacre», explicó Manrique tras el cara a cara con el ahora exmiembro de ETA. Según su testimonio, Caride también habría aceptado reconocer sus actos como «terroristas».

No le pidió perdón. Caride no es religioso y ese término no le incumbre. Sí le ha dicho que lo siente «en el alma» y ha insistido en «el sentimiento de culpa que tiene, la responsabilidad por el daño que ha causado».