Tribuna

Pitada de caña

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Tremendo lo de los pitos al himno de España en la final de la Copa del Rey. Tremendo por el ruido que pueden llegar a hacer unos cuantos miles de aficionados reunidos en un campo de fútbol. Pero más tremendo me parece el ruido que se ha hecho después a cuenta de los pitos en los medios y en los debates políticos. Ayer mismo, en medio de un escenario económico al que por lo visto nadie le quiere levantar el telón para no ver lo que se cuece entre bambalinas, todo el mundo estaba pendiente del debate de una propuesta para aprobar una proposición de ley destinada a prohibir los actos de contenido político en recintos deportivos. Pitos sí o pitos no, esa es la cuestión. Y para darle color al debate quien más y quien menos dio la nota. Banderas, silbatos, lo que viene siendo un poco de cachondeíto en La Condomina pero en el Congreso de los Diputados. Total, que al final tanto ruido para nada, para que quien quiera seguir pitando siga y quien no no. Pues yo animo a que, si al final la selección española viene a jugar un partido al Estadio Ramón de Carranza, tal como estaba previsto para celebrar el Bicentenario, los gaditanos reciban a la selección, al himno, al Rey, al presidente, al ministro o a todo el que venga vestido de rojo con una gran pitada, pero una pitada de caña. Tatarataratatá. Y bien pitado, nada de soplidos, que el pito de caña hay que tocarlo como si se estuviese gravemente congestionado y así es como más fuerte suena. A lo mejor así, con la pitada de caña le dedicarían a la ciudad más minutos en los informativos que con toda la programación del Bicentenario, o con las cifras del paro, o con el retraso de las obras prometidas a la ciudad por las diferentes administraciones, o ... No sé, hay tantos motivos para pitar, para hacer ruido, para pedir un hueco en la agenda de intereses de los políticos. Ya después otra cosa es que se le quiera dar una pitada de caña aparte a Fernando Torres, inspirada en la introducción de un cuplé malo de comparsa, que a lo mejor el chaval se lo merece. Y si después lo comenta en la zona mixta, quizá hasta los Manolos le dedican otros minutitos de su escaleta a Cádiz, y a su gracia, por supuesto.