Editorial

Mensaje a Putin

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La oposición rusa protagonizó ayer una manifestación en Moscú con unos 50.000 asistentes, una cifra muy elevada en las hostiles condiciones políticas creadas por el régimen. Su objetivo era denunciar los residuos antidemocráticos que subsisten en el sistema, el autoritarismo creciente y la corrupción galopante. Aunque elegido (en condiciones no muy ejemplares en materia de respeto a la oposición y control del escrutinio), el presidente Vladimir Putin no consigue deshacerse de los tics autoritarios que algunos incluso ven como una especie de característica de todos los gobernantes, una especie de tradición de zares, leninistas y, por lo visto, los responsables de hoy. La poca estima de Putin por la libertad real y las expresiones opositoras han permitido, tras la gran marcha abortada violentamente el 6 de mayo, la creación de un Comité especial en la Fiscalía del Estado que autoriza registros y controles y dispone de un disuasorio arsenal de sanciones. Será inútil: comienza una rebelión social pacífica que ayer tuvo su segundo acto, el movimiento se extiende, es plural y diverso y el Kremlin cometerá un nuevo error si lo ignora o intenta extirparlo por la fuerza.