'Dallas' en el Elíseo
François Hollande apoya a Ségolène Royal y su actual compañera, Valérie Trierweiller, respalda al rival electoral de la ex
PARÍS. Actualizado: GuardarÉl apoya a su antigua compañera. Ella respalda al adversario de la ex. Parece la trama de una comedia de enredo con el tradicional aderezo de cuernos, celos e infidelidades. Pero es el último capítulo de la política francesa en clave de rencillas femeninas. Él es François Hollande, el presidente 'normal'. Ella, Valérie Trierweiller, primera dama y periodista. La ex es Ségolène Royal, madre de los cuatro hijos del político que la abandonó por la otra. El cuarto en discordia es el diputado socialista de La Rochelle Olivier Falorni, candidato el próximo domingo al mismo escaño al que aspira la ex.
El episodio del día comenzó por la mañana en televisión. Royal declaró en la cadena BFM-TV que Hollande la había llamado para decirle que «evidentemente» la apoyaba, lo que es totalmente... «normal», claro. En su plataforma electoral publicó un mensaje del presidente, fechado el lunes, en el que proclama que su excompañera es la única candidata que «puede prevalerse de mi respaldo y de mi apoyo».
La bomba en medio de la vida en rosa estalló a mediodía. Era un artefacto casero confeccionado en su cuenta de Twitter por Trierweiller. El texto decía: «Ánimo a Olivier Falorni, que no ha desmerecido y que pelea al lado de los rocheleses desde hace tantos años con un compromiso desinteresado». Traducción: a Ségolène, esa espina clavada en el corazón, ni agua de rosas. La explosión coincidió con la visita a La Rochelle para apoyar a Royal de otras dos mujeres de primer plano político: Martine Aubry y Cécile Duflot, las jefas del Partido Socialista y de Europa Ecología-Los Verdes. Las tres acudieron juntas a formalizar en la Prefectura la candidatura oficial de la izquierda en la segunda vuelta de las legislativas. Luego dieron una rueda de prensa en un barco amarrado en el puerto de la ciudadela atlántica.
Falorni, el disidente, descubrió el tuit de Trierweiller en la terraza del acuario, con vistas al 'Titanic', como llamó al navío de las tres forasteras. «Valérie me ha avisado de que lo había hecho. Es un bonito gesto amistoso y personal. No estaba previsto ni orquestado. Conozco bien a François Hollande desde hace tiempo, soy uno de sus allegados. Pero el mensaje de Valérie es personal», explicó a 'Le Figaro'.
Ni Hollande ni Royal comentaron el texto de la primera dama de Francia y segunda del presidente. Un consejero del Elíseo confesó a 'Le Monde' que la situación era «alucinante» pues «esperaba crisis gubernamentales, no conyugales».
Vodevil
En la izquierda oficialista no sentó nada bien el tuit de marras. El ecologista Daniel Cohn-Bendit declaró que Trierweiller debería tener «por lo menos la decencia de no hacer rabiar a la madre de los hijos de su compañero». El socialista Jean-Louis Bianco, que fue secretario general del Elíseo con François Mitterrand, recordó que Danielle, su esposa, «era una gran dama que trabajaba por causas pero jamás se habría permitido mezclarse en la política interior».
Entre los conservadores hubo alborozo por la desavenencias en la pareja presidencial. «El vodevil entra en el Elíseo», celebró el diputado Eric Ciotti, encantado de que «los socialistas tienen al menos la virtud de hacernos reír». Geoffrey Didier, secretario nacional de la UMP, escribió que «la presidencia 'normal' ha muerto definitivamente. En adelante es 'Dallas' en el Elíseo». Pero no precisó quien es el malvado JR.