Juan Ignacio Zoido aplaude a Javier Arenas en una imagen de archivo. :: EFE
ANDALUCÍA

Arenas abandona Andalucía

Afirma que no asumirá nuevas responsabilidades en el PP nacional, pero nadie duda de su futuro junto a Rajoy Anuncia por sorpresa que deja la presidencia del PP-A en manos del alcalde de Sevilla

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Era un secreto a voces que la situación de Javier Arenas era insostenible, no solo desde el punto de vista político, sino también humano. Quien ha estado a punto de tocar el cielo político con las manos no puede quedarse como si tal cosa tras caer al purgatorio de la oposición cuando todo pronosticaba que esta vez, la cuarta en su carrera política, sí iba a conseguir la presidencia de la Junta de Andalucía. Javier Arenas deja la política andaluza, un anuncio que constituyó ayer toda una sorpresa, pese a que se espera desde la noche del 25 de marzo en que el PP, pese a ganar en Andalucía, no obtuvo la mayoría absoluta necesaria para gobernar en esta comunidad. Dejará de ser el presidente del PP andaluz en los próximos días y delega en Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, el timón del partido hasta el congreso de julio que elegirá a su sucesor. Su decisión dice que no es repentina, sino fruto de una reflexión profunda. Su marcha abre una crisis sin precedentes en el PP andaluz, partido que controla desde hace dos décadas.

Arenas deja la política andaluza pese a insistir lo contrario durante dos meses y dar a entender que revalidaría la candidatura a la presidencia del PP regional hace tan solo dos semanas. Había confirmado incluso que el congreso se celebraría en septiembre y en Granada. Ayer anunció, primero a través de número dos, Antonio Sanz, y luego en una carta y un vídeo dirigido a los militantes, que no revalidará el cargo de presidente regional del PP y que el congreso del partido se adelanta al mes de julio, en concreto al fin de semana del 13 al 15.

Cambio repentino

¿Qué es lo que ha pasado para este cambio repentino? Fuentes del PP daban por seguro que Rajoy acabaría por llevarse a Arenas a Madrid tarde o temprano, pero siempre pensaron que más tarde, cuando el presidente hiciera una crisis de Gobierno, es decir, en un año al menos. Por ello, la espera del dirigente sevillano, su predisposición a quedarse mientras tanto al mando del PP andaluz incluso revalidando la presidencia. Los acontecimientos del fin de semana con el rescate de la banca española han dejado en evidencia una gran descoordinación entre Gobierno y partido en un momento difícil para España. La imagen del PP ha salido más que trastabillada.

La coincidencia de los citados acontecimientos y el anuncio de la marcha de Javier Arenas de la política andaluza no parece casual. La dirección del PP, sin embargo, obvian esta relación. La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, señaló que Arenas seguirá como número tres del partido, como vicesecretario general de Política Local y Autonómica. «Va a poder dedicarse con más intensidad a esta función», afirmó De Cospedal como única pista.

En la carta que dirige a los militantes, Javier Arenas tampoco da señales sobre su futuro político. Asegura haber meditado «profundamente en los dos últimos meses» la decisión tomada. Una decisión que ha compartido con Mariano Rajoy, explica. Pero además, Arenas afirma que no deja el mando del PP andaluz con la intención de asumir «nuevas responsabilidades en la política nacional». Una frase que ha sido interpretada por algunos como el amago de un portazo y abandono de la política por completo. Nadie en el PP desconoce su difícil relación con Dolores de Cospedal, quien se habría opuesto a una mayor cuota de poder de Arenas en el PP que fuera en detrimento de la suya. Cospedal salió reforzada el pasado congreso del PP como número dos del partido.

Sin embargo, pocos ven a Javier Arenas en otra actividad que no sea la política. En los próximos días se conocerá con claridad cuál será su nuevo cometido. Algunos en el PP le señalan como posible coordinador general, un puesto desde el que cohesionar la comunicación de Gobierno y partido junto con Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno. Arenas ya tiene experiencia en ello. Fue ambas cosas, vicepresidente del Gobierno y antes secretario general del PP en la etapa de Aznar, cargo este último que coincidió con la primera mayoría absoluta de los populares, la de las elecciones de marzo de 2000.

Por ahora, Arenas mantendrá su escaño como diputado en el Parlamento andaluz y seguirá como senador por la Comunidad autónoma. Será la única relación que le ate a Andalucía. En su carta a los militantes deja claro que no piensa tutelar su sucesión. «Bajo ningún concepto quiero intervenir en las decisiones de futuro del Partido Popular en Andalucía», afirma. También añade que seguirá manteniendo «desde un segundo plano» sus compromisos con Andalucía. Pero la carta y el vídeo suenan a despedida de la política andaluza. Nada que ver con la marcha de Arenas de 1996, cuando perdió por segunda vez en las andaluzas y fue repescado por Aznar como ministro de Trabajo. Arenas siempre mantuvo el control del PP en Andalucía, colocando a Teófila Martínez como presidenta del partido y candidata a la Junta, pero dejando abierta la puerta para su vuelta. Esta vez parece que su adiós es definitivo. «He llegado a la conclusión de que nuestro partido necesita un cambio en la presidencia. Formamos un gran equipo y tenemos que afrontar nuevos tiempos y nuevos retos», afirma Arenas en la misiva.

Transición

Para dirigir la transición hacia la etapa post Arenas este ha elegido, en coordinación con Madrid, a Juan Ignacio Zoido. El alcalde de Sevilla asumirá las funciones de presidente del partido regional hasta el congreso de julio. Una misión para la que, pese a la sorpresa del anuncio de ayer, venía preparando el cuerpo. Ahora toma sentido la visita turística que en Semana Santa hizo Dolores de Cospedal a Sevilla solo un día después de que en Antequera Mariano Rajoy respaldara a Javier Arenas y le pidiera seguir al frente del partido en Andalucía.

El dirigente andaluz pasaba un mal momento personal tras no conseguir la Junta. Ahora se ve que el cierre de filas solo fue un remedio momentáneo. El relevo estaba en marcha. Solo el rescate de la banca ha podido precipitar los acontecimientos y convertir a Javier Arenas en el gran rescatado.