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Javier Arenas, en el Congreso del PP en Málaga el año pasado. :: JORGE GUERRERO / AFP
ESPAÑA

Javier Arenas tira la toalla

El líder del PP andaluz no se presentará a la reelección y abre la puerta a entrar en el Gobierno

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

Javier Arenas no se presentará a la reelección como presidente del PP de Andalucía y su futuro es un misterio. Su destino puede ser el Gobierno, un cargo más relevante en la dirección del PP o irse a su casa. El líder de los populares andaluces no ha mostrado sus cartas, aunque en la misiva de despedida asegura que «en ningún caso» se ha planteado «asumir nuevas responsabilidades en la política nacional». Compromiso que, de ser cierto, elimina las opciones gubernamentales y partidarias, algo que nadie en el PP se cree.

Es uno de los dos grandes corchos de la política española, el otro es Alfredo Pérez Rubalcaba. Arenas ha estado en cargos directivos del PP desde 1993 hasta ahora, 19 años, y entre medias fue cinco años ministro, tres de Trabajo, uno de Administraciones Públicas y otro de Presidencia, cargo este último que compatibilizó con la Vicepresidencia Segunda del Gobierno. Sirvió con igual fidelidad a José María Aznar y a Mariano Rajoy. Pero dos hechos marcaron su declinar: la amarga victoria en las elecciones andaluzas del 25 de marzo, un triunfo insuficiente para gobernar, y la consolidación en la Secretaría General del PP de Dolores de Cospedal, quien no ha permitido a su lado colaboradores que le hicieran sombra.

Segundo plano

El presidente del PP de Andalucía anunció ayer que daba un paso atrás para dejar el camino expedito a la nueva hornada de dirigentes en el congreso que celebrarán los populares del 13 al 15 de julio. «De esta forma prestó un servicio a nuestro partido y a Andalucía», escribió en su carta de renuncia. Esta decisión, prosigue, busca «facilitar el debate más amplio» con el compromiso de quedarse al margen sin intervenir «en las decisiones de futuro» del PP andaluz. Un «segundo plano» que Arenas quiere que sea inmediato y por eso designó coordinador del partido hasta el congreso al vicepresidente del PP y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.

El líder de los populares andaluces se va porque su proyecto está agotado tras cuatro reveses electorales ante los socialistas, tres frente a Manuel Chaves, 1994, 1996 y 2008, y este año, con todo a su favor, frente a José Antonio Griñán. Un quinto intento era impensable para él y para el PP de Andalucía. Su retirada, sin embargo, abre un abanico de incógnitas. En primer lugar en el propio partido, porque su figura ha sido tan potente que ningún dirigente cuenta con credenciales suficientes para el relevo. La identificación entre Arenas y el PP andaluz ha sido total y apenas algún nombre sacaba la cabeza en ese maridaje. El futuro, pues, es confuso.La incorporación al Gobierno fue de las salidas que se mencionó en cuanto se comprobó que, pese a ganar las elecciones, no iba a gobernar.

Es muy improbable, además, que con solo seis meses de gestión Rajoy acometa una crisis ministerial a corto plazo en esta delicada coyuntura económica. Aunque un dato a tener en cuenta es que la relación entre ambos es muy buena. Arenas fue uno de los grandes valedores del hoy jefe del Ejecutivo en el congreso de Valencia de 2008, y en sentido contrario el presidente del Gobierno ha pasado de tener una opinión regular del político andaluz -«tiene mucho escaparate y poca trastienda», solía comentar cuando compartían tareas gubernamentales-, a considerarlo uno de sus escasos confidentes.

Recelos mutuos

La ubicación en la dirección del partido también parece problemática. Cospedal y Arenas recelan el uno del otro, aunque en público todo sean lisonjas. La secretaria general del PP dijo ayer que el líder de los populares andaluces ha hecho «una magnífica tarea con un trabajo incansable» en esa comunidad. Pero dejó claro el reparto del territorio: Arenas, dijo, va a tener a partir de ahora una «labor muy importante» como responsable de Política Local y Autonómica del PP, un área donde tiene «muchas cosas que hacer». Y preguntada sobre si espera un «desembarco» en Madrid del aún líder del PP andaluz, fue tajante: «Madrid no tiene mar».

Pese a estas perspectivas, nadie en el PP ve a Arenas jubilado con 54 años. Así se apresuraron a demostrarlo el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien dijo que el dirigente andaluz es «lo mejor que hay en el PP»; para el ministro de Industria, José Manuel Soria, es «uno de los grandes valores y referentes» del partido; la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, subrayó que Arenas ha logrado «el éxito más importante en la historia del PP andaluz». Y así un rosario de loas.