Reválida en la 'casa de los líos'
Tras un año horrible, a la Inglaterra del cuestionado Hodgson le toca hablar en el césped
POZNAN. Actualizado: GuardarHasta el desplazamiento a Donetsk para el apasionante estreno de hoy ante los 'Bleus', la concentración de Inglaterra en el lujoso Hotel Stary de Cracovia ha sido una especie de 'psiquiátrico', donde el veterano Roy Hodgson ha tenido que hacer terapia de grupo para levantar el ánimo de su tropa tras un 'annus horribilis'. Desde luego, el sinfín de problemas de los 'Pross' en un curso atípico no son la mejor manera de afrontar un campeonato... Pero el fútbol es una caja de sorpresas.
La pregunta es si este entrenador elegido por descarte tiene el carácter y la ascendencia suficientes para cohesionar al grupo. «Tuvo mala suerte. Llegó en mal momento. Juzgarle por su mala etapa en el Liverpool sería estúpido. He visto cómo trabaja y es un entrenador fantástico. Es un buen estratega y todo el mundo está con él», afirma Steven Gerrard, el capitán inglés porque John Terry es sospechoso de racismo. En su palmarés, Hodgson cuenta con títulos de campeón en Suecia y Dinamarca y finales de la UEFA con el Inter y el Fulham, pero nada realmente de peso.
Con Wayne Rooney suspendido los dos primeros partidos, Terry despojado del brazalete y Capello dimitido unos meses antes del torneo, Inglaterra no ha podido prepararse con calma. En el cierre de las eliminatorias, el 7 de octubre en Montenegro, el incorregible Rooney propinó una alevosa patada a un adversario y ello conllevó una condena de tres partidos, luego reducida en uno. Días después, Terry se enfrentó a Anton Ferdinand, hermano del exinternacional Rio Ferdinand, durante un partido entre el Chelsea y el Queens Park Rangers. El incidente provocó una enorme polémica. Primero, la apertura de una investigación policial. Luego, la acusación formal al central del Chelsea de haber proferido insultos racistas. La Federación Inglesa le destituyó como capitán, lo que irritó a Capello, para quien Terry es inocente hasta que se celebre el juicio, después de la Eurocopa. Por ello, el ex del Milan y del Madrid dio la espantada en febrero. Dejó un vacío enorme.
El nombre de Harry Redknapp se impuso de forma generalizada para la sucesión. Pero cuando todos pensaban en el director técnico del Tottenham, hace poco más de un mes el elegido resultó ser Hodgson, de 64 años. Afirmó su autoridad al convocar a Terry, y no a Rio Ferdinand, para una lista de 23 con mezcla de veteranos como Gerrard y Ashley Cole con jóvenes como el atacante Welbeck, el extremo Chamberlain o el centrocampista Ashley Young.
Bajas sensibles
Pero los problemas no terminaron ahí. En los últimos días se cayeron de la lista tres jugadores importantes como Gareth Barry, Frank Lampard, cuyos problemas musculares traen de cabeza a los 'Pross' porque se le considera insustituible, y al final el joven central Gary Cahill, quien sufrió una doble fractura de mandíbula en el reciente amistoso ante Bélgica. Esa lesión desencadenó la primera crisis en el corto mandato de Hodgson. Llamó primero a Phil Jagielka y la semana pasada a Martin Kelly, valor emergente del Liverpool pero nada del otro mundo con poco más de 20 partidos en la 'Premier'. ¿Y que ocurre con Rio Ferdinand? No arrastra problemas físicos, ni está retirado y es un tipo experimentado y fiable como zaguero. Hodgson se refirió solo a «razones futbolísticas», sin profundizar más. Ferdinand encendió la mecha en Twitter. «¡¡¡¿Qué razones?!!!», preguntó a través de la red social. Su agente dio un paso más y aseguró que la decisión del seleccionador era «una vergüenza» y una «falta de respeto».
Pero todavía hay más noticias tristes para los británicos. Hace tres días, Jermain Defoe, delantero del Tottenham, tuvo que abandonar la concentración por la muerte de su padre. En este clima, el exseleccionador Steve McClaren ya dejó claro que «es imposible ganar». El propio Hodgson, un mar de dudas sobre el equipo, traslada la presión a Francia. «Es bueno jugar sabiendo que la gente piensa que el rival es mejor», dijo en la víspera, vistiendo la piel de cordero. Pero el fútbol tiene su propio idioma. Y comienza a hablarse en el Donbass Arena de Donetsk, la sede más al este de la Eurocopa y con un coste de 320 millones de euros.