Cine 'low cost' en tiempos de crisis
'Diamond Flash' y 'El señor' evidencian la calidad del último cine autoproducido en España
Actualizado:En los ambientes cinematográficos españoles, las caras largas empiezan a mezclarse insistentemente con frases del tipo: «No hay trabajo, no se está rodando nada». La realidad es que la débil industria del cine en España está viviendo una crisis severa, evidenciada por las cifras de caída en los rodajes y los estrenos de producciones españolas en lo que va de año. Los rodajes notificados al ICAA cayeron respecto a 2011 en un 47,6% pasando de 63 en los primeros cuatro meses de 2011 a 33 de 2012, según datos recogidos por la patronal de las productoras españolas (Fapae); las películas españolas estrenadas también descendieron: un 10% respecto a 2011.
En este contexto, están surgiendo propuestas de cine hecho sin subvenciones, de costes bajos, pero ambición artística incontestable. Cine español autoproducido que encuentra en festivales y en Internet su ventana de exhibición. Es el caso de 'Diamond Flash', del dibujante de cómic Carlos Vermut, la película que Nacho Vigalondo ha defendido como su favorita de 2011 y que ha tenido su estreno en la plataforma de cine 'online' Filmin el pasado viernes.
No nos engañemos, siempre ha existido cine autoproducido y libre en España. Desde aquella comedia de nombre 'La fiesta', hecha con 6.000 euros en 2001 y que se promocionó como «la película más barata del cine español», a la filmografía de Pablo Llorca ('Todas hieren') o el caso de buena parte de la producción de cine de no ficción nacional. Un ejemplo reciente de esto último sería el caso de Andrés Duque, cineasta venezolano afincado en Barcelona, que con su último film, 'Ensayo final para utopía', rodado en su mayor parte con la cámara de un teléfono móvil y haciendo uso de material encontrado, ha pasado por festivales tan importantes como el de Rotterdam y se dirige al de Edimburgo, entre otros.
Como admite el propio Carlos Vermut, quizás ahora la diferencia está en que ese cine 'low cost' está encontrando sus propias ventanas de exhibición lejos del estreno convencional en salas. «Siempre ha existido cine independiente. Lo que ocurre es que han coincidido tres factores: a las subvenciones les han dado un palo importante y por eso parece que estas propuestas tienen más visibilidad; por otra parte, el cine digital ha abaratado los costes y aumentado las calidades, y además la distribución de estas películas está garantizada con los festivales y la ventana de Internet», afirma.
Su película 'Diamond Flash' es un acertijo fascinante en torno al dolor y sus límites, con personajes femeninos complejos y un superhéroe. Un drama que atrapa por su osadía y buena mano a la hora de mezclar niveles de ficción: desde el drama hiperrealista al thriller y el cine fantástico. Una obra perturbadora y audaz, que Vermut quiso hacer en «absoluta libertad», poniendo 20.000 euros y armado de una cámara de fotografía. «Vengo del cómic, donde estoy acostumbrado a manejarme por mi cuenta. Me di cuenta de que era fácil contar historias con poco dinero y lo he hecho así porque lo que quiero es tener libertad. Creo que muchas veces optar a subvenciones hace que de algún modo nos autocensuremos», asegura.
Hay más ejemplos. En el festival de Málaga, el popular Paco León presentó 'Carmina o Revienta', falso documental donde León aborda la figura de su madre. El actor financió el filme y se ocupó de que fuera estrenado directamente en Internet y DVD. Poco antes, hace unos dos meses, el dramaturgo y director de cine Juan Cavestany lanzaba una web para comercializar por su propia cuenta su mediometraje 'El señor', que recogía el testigo de su anterior película, 'Dispongo de barcos', también autoproducida y hecha «con lo que hay en el suelo», como le dijo una vez a Cavestany Eduardo Chapero Jackson. Ambos filmes han sido dos de las mejores sorpresas del cine español reciente, profundamente originales y poéticas, surreales y dotadas de una sensibilidad insólita y precisa para hablarnos de la crisis del hombre moderno.
«Este año la sensación de parálisis es absoluta: el que ha arrancado una película estos meses es un privilegiado. En los últimos tiempos se me han caído tres o cuatro guiones, así que he hecho 'Dispongo de barcos' y 'El señor' por mi cuenta», precisa el dramaturgo, autor de 'Urtaín', de Animalario entre otros libretos. «Se trata de hacer lo que quiero pero a la vez tiene algo de desesperación y de pequeña conquista», cuenta.