México extradita a 'La Reina' a EE UU
LA HABANA.Actualizado:La suerte le ha dado la espalda definitivamente a Sandra Ávila Beltrán, alias 'La Reina del Pacífico', una de las pocas mujeres capos del narcotráfico. Estaba encarcelada pero llevaba una vida cómoda en la cárcel Santa Martha Acatitla (La Paz, México). Era la mejor vestida y hasta le ponían bótox. Absuelta de narcotráfico esperaba el fallo sobre su extradición a EE UU. Un tribunal federal mexicano acabó con su reinado al aprobar su entrega a las autoridades estadounidenses para que la juzguen por el único delito del que no fue procesada en su país de origen: la entrega en Chicago de 100 kilos de cocaína, que fueron incautados.
La mujer de 52 años que inspiró a Arturo Pérez Reverte para escribir 'La Reina del Sur' ya había recibido en dos ocasiones amparos concedidos bajo el precepto constitucional de que «nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos».
Dio con sus huesos en la cárcel acusada de integrar una red narcotraficante que en el 2001 intentó llevar a EE UU más de 9 toneladas de cocaína en un barco interceptado por las autoridades mexicanas. No pudieron demostrar su implicación, pero siguió presa por la petición de la Justicia norteamericana. Fue condenada por tenencia de armas y tiene pendiente un juicio por lavado de dinero.
Su vinculación al hampa le viene en la sangre, ya que es sobrina de Miguel Félix Gallardo, alias 'El Padrino', uno de los primeros capos mexicanos. Su vida real fue más dura a la descrita en la novela. Mantuvo relaciones con dos policías que fueron asesinados tras meterse en negocios ilícitos y su hijo fue secuestrado cuando tenía 15 años. Después, se unió al colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez, 'El Tigre', para sacar partido de sus contactos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El 28 de septiembre de 2007, ambos fueron detenidos y a Sandra Ávila le confiscaron cerca de 220 propiedades.
'La Reina' llegó a controlar las rutas de la droga de México por el océano Pacífico. Testigos protegidos aseguran que es el enlace del tránsito de sustancias estupefacientes y el lavado de dinero entre el Cartel de Sinaloa y el Cartel del Norte del Valle en Colombia. Un pinchazo telefónico del pasado año ha servido para que la Justicia acepte la extradición y con ella una nueva vida lejos de la protección que sus dólares pueden comprar en México, donde el narcotráfico compra casi todo.