La visita del conde de Wessex eleva la tensión con Gibraltar
Las autoridades del Peñón y los pescadores españoles cierran sin acuerdo la primera reunión para zanjar la crisis en la bahía
MADRID.Actualizado:La visita que realizarán el lunes a Gibraltar el Príncipe Eduardo y su esposa, condes de Wessex, sigue levantando ampollas en el Gobierno español. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, elevó de nuevo ayer el tono ante Londres después de que hace tres semanas el Ejecutivo instara a la Casa Real, por este motivo y por el conflicto de la pesca en el Peñón, a cancelar el viaje de la Reina Sofía a Londres para participar en la celebración por los 60 años en el trono de Isabel II.
«Dije desde el primer momento que era una visita profundamente desafortunada en tiempo y forma», expresó García-Margallo, quien no descartó nuevas medidas de protesta ante Reino Unido, «tal y como ya viene haciendo con anterioridad el Gobierno». La visita de los condes de Wessex a la colonia llega en medio de un clima de especial tensión con el Peñón tras dos meses de denuncias de acoso a los pesqueros españoles que faenan en aguas de la bahía de Algeciras por parte de patrulleras gibraltareñas.
Con el fin de solucionar el conflicto, ayer se mantuvo la primera reunión entre los representantes de los pescadores y las autoridades gibraltareñas. A la salida del encuentro, los representantes españoles reconocieron que las posturas aún se encuentran alejadas, aunque destacaron «la voluntad de acuerdo mostrada por ambas partes». Pese a los escasos avances registrados en esta toma de contacto, los pescadores aseguraron sentirse contentos con el desarrollo de las conversaciones. Ambas delegaciones se emplazaron a la próxima semana para continuar las negociaciones.
La colonia británica alega que la pesca con redes que practica la flota gaditana está dañando el ecosistema marino y que vulnera su legislación local, que data de 1991. Mientras, los españoles aluden al acuerdo firmado entre ambas partes en 1999, que permite faenar sin condiciones en la zona, cuya jurisdicción tanto España como Gibraltar se atribuyen.
Un nuevo giro
García-Margallo consideró ayer conveniente que por el momento la crisis en la bahía de Algeciras se negocie entre los pescadores y las autoridades del Peñón al tratarse de un problema de cooperación y no de soberanía. Desde su llegada al Gobierno, el PP ha dado un giro a la política mantenida respecto al Peñón en los casi ocho años de Gobierno socialista. Mientras que José Luis Rodríguez Zapatero accedió a negociaciones a tres bandas que incluyeran a las autoridades gibraltareñas, el actual Ejecutivo solo reconoce al Gobierno británico como interlocutor.
El ministro, que reafirmó la soberanía española de las aguas en litigio, abogó por alcanzar una solución de consenso que permita que los barcos con ambos pabellones faenen en la zona. Pero, pese a la llamada a desactivar la crisis, volvió a repetir la advertencia que ya lanzó días atrás a su homólogo británico, William Hague: «El deber del Gobierno español es proteger a sus pescadores y así lo hará».