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Economia

La UE ultima su intervención en España presionada por EE UU

Los socios especulan con una cumbre de urgencia para cerrar el rescate ante el temor al impacto de las elecciones griegas

IÑAKI CASTRO
BRUSELAS.Actualizado:

La UE acelera el rescate de la banca española presionada desde dos frentes. Los miembros de la zona euro intensifican los preparativos, que incluso podrían concretarse hoy con una cumbre telefónica de los ministros de Economía, ante las urgencias que llegan desde Estados Unidos y Grecia. En un discurso muy crítico, Barack Obama reclamó ayer a los socios comunitarios que inyecten «lo antes posible» los fondos necesarios para proteger a «las entidades débiles». El salvavidas exprés, descrito como un movimiento preventivo, serviría para aislar a España frente a las turbulencias que se esperan si la izquierda radical gana las elecciones griegas dentro de una semana.

EE UU ya había exteriorizado su preocupación por la situación de la zona euro a principios de semana. Entonces, se organizó una conferencia urgente de los integrantes del G-7 para examinar de primera mano los esfuerzos del club de la moneda única. Apenas trascendieron detalles de la cita, pero la UE se comprometió a actuar de inmediato para poner a salvo a España. El gesto evidenció los temores de las principales potencias mundiales por el tamaño de la economía española y su capacidad para disparar la incertidumbre a escala global. Ayer, Obama verbalizó su inquietud con un mensaje todavía más apremiante de los que en Europa siempre escuecen por su cariz paternalista.

Consciente de que la economía marcará sus opciones en las presidenciales de noviembre, el líder demócrata exigió a la UE que «estabilice su sistema financiero». En una referencia directa a las entidades españolas, abogó por «adoptar medidas claras lo antes posible para inyectar capital en los bancos débiles». Obama comparó las dificultades en la zona euro con las angustias vividas en EE UU tras el desplome de Lehman Brothers. «Los desafíos que afrontan tienen solución. Ahora, su prioridad debe ser reforzar el sistema financiero como hicimos nosotros en 2009 y 2010», remarcó evocando las nacionalizaciones masivas en el sector.

La presión frontal de Obama llegó durante una jornada muy confusa en Bruselas. Aunque no hubo ninguna confirmación oficial, medios de todo el continente insistieron en que se ultimaba para hoy una reunión telefónica del Eurogrupo. En esta cita, se auguraba que España comunicaría formalmente a sus socios que necesita ayuda para recapitalizar la banca. Este primer paso activaría toda la maquinaria de rescate pese a que todavía no se conocen las cifras concretas.

Al parecer, el proceso puede iniciarse con algunas estimaciones a la espera de determinar el montante definitivo. Bajo esta premisa, el Gobierno podría apoyarse en el inminente informe del FMI, que contemplaría una inyección de entre 40.000 y 90.000 millones, para solicitar la ayuda.

El Gobierno, sin embargo, insistió en que esperará a contar con las evaluaciones independientes sobre la banca antes de plantear el rescate. Bruselas avaló está cautela y apostó por aguardar hasta el día 21, fecha tope para que se conozcan las auditorías externas. Esa misma jornada ya está reservada para una reunión ordinaria del Eurogrupo. «Hemos dicho y reiteramos que es muy importante tener claridad sobre las cifras, sobre el alcance de los desperfectos en el sector bancario, antes de acometer un posible rescate», corroboró el portavoz económico de la Comisión. Bruselas admitió que en cuanto España mueva ficha su reacción será instantánea. «Los instrumentos están preparados para ser utilizados si llega una petición», remarcó el Ejecutivo comunitario en alusión al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Con Alemania a la cabeza, los socios han acordado abrir una línea de crédito diseñada específicamente para las recapitalizaciones. En lo que la prensa internacional ha bautizado como el primer 'rescate light', el dinero llegaría a las arcas españolas a cambio de una intervención ceñida al sector financiero. Los tres países sostenidos con ayuda exterior soportan una intromisión global que dirige el rumbo de toda su política económica.