El yugo de Cristiano
Paulo Bento le quita presión, pero el astro blanco asume que el Balón de Oro pasa por brillar al fin con Portugal en un gran campeonato
VARSOVIA. Actualizado: GuardarPortugal era una selección podrida con Carlos Queiroz. Guerras de vanidades y penoso arranque en el camino hacia la Eurocopa, con empate ante Chipre y derrota en Noruega. La llegada de Paulo Bento, pese al polémico ofrecimiento de José Mourinho que el Madrid cortó de raíz, mejoró el ambiente. Logró que los futbolistas remaran en la misma dirección. No certificó la clasificación directa porque Dinamarca fue mejor, pero facilitó el triunfo ante Bosnia-Herzegovina en la repesca.
El exjugador del Oviedo excluyó para siempre a gente como Carvalho y Bosingwa y mimó a Cristiano Ronaldo, a quien conoce bien desde que le tuvo a sus órdenes cuando crecía en la fábrica del Sporting. Por séptima vez consecutiva, los lusos acuden a una gran competición. «El cambio de técnico supuso un giro radical para el equipo. Paulo ha aportado sangre nueva y una mentalidad diferente», reconoció el astro madridista, héroe en ese doble duelo ante los balcánicos.
«Fin a la teoría de que Ronaldo no juega bien y solo marca goles para el Madrid», se regocijaba el diario deportivo 'A Bola' tras la goleada a los bosnios. Hasta entonces, la prensa lusa se mostraba nostálgica respecto a la época de Luis Figo, el líder de nervios de acero y predecesor en la capitanía de Cristiano.
A sus 27 años y después de una campaña estratosférica con el Madrid, CR7 tiene la obligación de brillar en un gran campeonato de selecciones y liberarse de un yugo que le atenaza. Llega hambriento de goles, deseoso de resarcirse del fracaso en el Mundial de Sudáfrica, donde Portugal cayó en octavos ante España, con un solo gol de Cristiano en todo el torneo.
«Ronaldo no puede y no debe resolver todos los problemas de la selección», explica Paulo Bento en un intento de quitarle presión al madridista. «Es muy fácil trabajar con él. Es extremadamente profesional, sabe lo que quiere y lo transmite».
Sigue siendo ese «hombre con una ambición sin límites», como le definió Luca Caioli, su biógrafo, en un libro publicado en marzo. Un jugador capaz de suscitar la admiración universal por sus hazañas físicas y técnicas, pero también con tendencia a irritar a los rivales con gestos y actitudes arrogantes. Su último lío lo organizó en San Mamés, donde no supo celebrar con elegancia el brillante título de Liga del Madrid. 'La Catedral' no le perdona.
De su potencial y de su capacidad como nexo en un grupo con tendencia a la dispersión, dependen las 'Quinas'. CR7 dice estar convencido de que superarán el 'grupo de la muerte'. «No siempre vencen los favoritos. Sabemos que será muy complicado pero no cabe lamentarse porque ya nada se puede cambiar. Haremos un gran partido ante Alemania y pasaremos. Tenemos potencial para hacer algo grande y correremos hasta el último minuto», subrayó en Opalenica, el cuartel general de los portugueses, cerca de la frontera con Alemania, antes de desplazarse a Ucrania para su debut en Lviv ante Alemania.
«No es una guerra»
Deseoso de ser «siempre el mejor», para el egocéntrico Cristiano no cabe hablar de venganzas. «Esto no es una guerra, solo fútbol, pero queremos vencer», dijo antes del estreno ante un rival que les arrebató el 'bronce' en el Mundial de 2006 y también en el enfrentamiento directo de la pasada Eurocopa.
Algo más solidario y maduro en el campo, con un palmarés ampliado merced al título liguero arrebatado al poderoso Barça, en el fondo sigue siendo ese niño que lloraba de rabia cuando su equipo iba por detrás en el marcador y se adueñaba del balón para marcar él solo la diferencia. Cuando desafió al público del Camp Nou tras marcar el gol decisivo que permitió al Madrid vencer 1-2 en abril, Cristiano volvía a ser aquel mico de San Antonio, un barrio pobre de la isla de Madeira, descubierto por los ojeadores del Sporting. Allí recaló a los 12 años para forjarse un destino como superdotado del fútbol.
Cristiano se ha hecho a sí mismo, con un físico de excepción modelado a fuerza de trabajo, exigencia y voluntad. 'Abelhinha' (abejita), su mote de pequeño, se ha moderado. Este curso fue menos solista y ofreció más balones a sus compañeros. ¿Sufrirá la misma metamorfosis en su selección? No es lo mismo Nani o Quaresma que Özil o Benzema. De su desempeño en la Eurocopa depende la elección del Balón de Oro, un trofeo que ansía lograr por segunda vez. Desde que lo recibió en 2008, el luso siempre ha sido superado por Leo Messi, a quien evita nombrar. Si acaso, lo hace para reafirmarse como el mejor del mundo. La 'Pulga' le ha superado en la tabla de goleadores (50 a 46), pero perdió la Liga y no compite en Ucrania y Polonia. Ante la 'Mannschaft', comienza el show de Cristiano.