Piqué consagra la paz de la selección en Gniewino
GNIEWINO .Actualizado:Gerard Piqué consagró ayer la paz de la selección en Gniewino al asegurar que su relación con Sergio Ramos, su compañero en el eje de la defensa, es buena y que las tensiones surgidas en su día por la concentración de los clásicos en diversas competiciones son ya cosa del pasado. Es evidente que el azulgrana salió a la sala de prensa con la lección bien aprendida. Esperaba una pregunta relacionada con la supuesta mala relación entre ambos y aprovechó para zanjar el asunto con respuestas directas, sin rodeos, para evitar interpretaciones: «Hay muy buen rollo. También se dijo que me llevaba mal con Guardiola. Desde fuera se exageran las cosas», subrayó el catalán.
Tiene tablas y se expresa con soltura. Demostró su saber estar y no dio puntada sin hilo. No solo desmintió cualquier enfrentamiento, sino que salpicó sus respuestas con alabanzas a Ramos. Ya había advertido Vicente del Bosque que si había algún problema tenía que solucionarse cuanto antes. Sabe mejor que nadie el salmantino que en la calma de una concentración se sustenta parte del éxito de un grupo. O, dicho de otro modo, que un elemento distorsionador que alcance la categoría de culebrón puede afectar a la plantilla.
De hecho, el entrenador habló con ellos y todo indica que existe una especie de plan para que este asunto quede enterrado. Uno de los capítulos de esa hoja de ruta -que Del Bosque quiere que sea muy corta- es escenificar la unidad cada vez que se pueda. Y ayer Piqué lo hizo: «Las tensiones que pudo haber ya han desaparecido. Todos queremos conseguir la misma meta. Estoy orgulloso de pertenecer a este grupo y de que Sergio esté a mi lado». La paz está sellada.