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Bradbury, en una fiesta con motivo de su 83 cumpleaños, delante de una foto de Marte. :: STEFANO PALTERA / AP
Sociedad

Adiós a un genio visionario

El autor de 'Crónicas marcianas ' y 'Fahrenheit 451' imaginó mundos futuros en los que anidaba el aliento poético y el humanismo Muere Ray Bradbury, uno de los padres de la ciencia ficción moderna

ANTONIO PANIAGUA
MADRID.Actualizado:

Los amantes de la ciencia ficción están de luto. Ray Bradbury, figura emblemática de la literatura fantástica por obras colosales como 'Fahrenheit 451' y 'Crónicas marcianas', murió ayer a los 91 años. De porte patriarcal y caráccer bonancible, Bradbury consiguió como nadie infundir a las vicisitudes de la conquista espacial un sentimiento de pavor y soledad que sigue sobrecogiendo al lector actual. Gran parte del imaginario común que sobre el siglo XXI se hicieron las generaciones precedentes se deben a las fantasías de este escritor.

Figura visionaria, arquitecto, guionista y poeta, Bradbury (Waukegan, Illinois, 1920) era un escritor infatigable, un hombre que supo ver que solo con un trabajo tenaz y disciplinado podía llegar a las más altas cimas literarias.

Gracias a 'Crónicas marcianas' (1950), el nombre de Ray Bradbury está unido a los padres de la ciencia ficción del siglo XX: Stanislaw Lem e Isaac Asimov. En sus narraciones fantásticas se dan la mano el aliento poético, el talento humanista, un desusado romanticismo y una evidente intención moral. 'Crónicas marcianas' es una compilación de cuentos sobre la conquista de Marte. En esta obra el planeta rojo es descrito como un páramo de arenas azules con ruinas de ciudades ajedrezadas. El mérito de Bradbury estriba en lograr que el lector se apiade de los marcianos. Los moradores de Marte, que al principio parecen seres espantosos, se hacen merecedores de la compasión ante la colonización de su planeta por parte del ser humano.

Bradbury, que nunca llegó a sacarse el carné de conducir, fue un adelantado a su tiempo. Marte fue una excusa para denunciar la devastación de la guerra y el germen autodestructivo que anida en el hombre. A su vez, el escritor supo transmitir la insignificancia del linaje humano ante un universo inconmensurable.

Autor de culto en todo el mundo, el autor de 'Fahrenheit 451' es un heredero de Julio Verne, Edgar Allan Poe y H. G. Wells, un hombre que habló del tedio de la sociedad estadounidense y la soledad humana. En 'Fahrenheit 451' (1953) Bradbury fabuló con un porvenir aterrador, un mundo atenazado por el totalitarismo y la deshumanización. La novela idea una civilización en la que los libros son desterrados y solo caben en la memoria de los revolucionarios. El título de este magistral relato alude a la temperatura con la que arde el papel.

Esta novela, que Bradbury escribió con una máquina de escribir alquilada, pinta una sociedad que puede sonar cercana a los lectores del siglo XXI: televisores planos e interactivos, sistemas de comunicación por auriculares, una publicidad omnipresente y un discurso secuestrado por la corrección política. «La ciencia ficción es una estupenda manera de pretender que estás escribiendo sobre el futuro cuando realmente estás atacando el pasado reciente y el presente», dijo con lucidez este escritor de vocación temprana. 'Fahrenheit 451' fue llevado con acierto al cine por Francois Truffaut en 1966.

La intrahistoria de esta novela es una declaración de amor por los libros. No en vano Bradbury era una rata de biblioteca, un hombre de formación autodidacta que jamás fue a la universidad por carecer de recursos y que forjó su cultura a base de esfuerzo, sin que le regalaran nada. 'Fahrenheit 451' puede ser leído, según sus propias palabras, como «la historia de un hombre que se enamora no de una mujer, sino de una biblioteca».

«Pérdida de tiempo»

Sorprende que un escritor tan visionario y futurista recelara tanto de la tecnología. Abominaba de Internet, que consideraba una estafa de los fabricantes de ordenadores, y despreciaba los videojuegos, que veía como «una pérdida de tiempo para gente que no tiene nada mejor que hacer». No deja de asombrar también que un hombre que soñó con barcos antiguos para surca las arenas marcianas y que se anticipó al futuro con artefactos inquietantes aborreciera viajar en avión, una aventura que solo acometió cuando ya estaba entrado en años.

Bradbury era un escritor de vocación temprana. Decidió ser escritor a los 3 años, a los 12 comenzó a parir sus primeras obras y desde entonces no se detuvo. Con más de 400 relatos publicados, decenas de colecciones y casi una veintena de novelas, Ray Bradbury ha visto cómo muchas de sus creaciones han sido adaptadas al cómic, el cine o la televisión.

El escritor no era ajeno a la polémica. Conservador y en ocasiones reaccionario, achacaba buena parte de los problemas de EE UU a «feministas, negros y homosexuales». Es chocante también que el hombre que escribió 'Fahrenheit 451' dijera: «Todos tenemos algún libro que nos gustaría ver arder».