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ESPAÑA

Los españoles no ven la luz al final del túnel, según el CIS

P. DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

Los españoles van camino de perder toda esperanza en la recuperación económica. Nunca, desde que existen registros del Centro de Investigaciones Sociológicas, su percepción sobre la situación general del país había sido tan negativa como ahora y jamás sus previsiones para el futuro fueron tan oscuras. Apenas quedan ciudadanos que digan que vivimos tiempos sencillamente «regulares». Más del 90% los tilda de malos o muy malos, y lo que es más cruel, casi tres cuartas partes, el 72,7%, cree que dentro de un año las cosas estarán igual o peor.

A estas alturas de la crisis, y después de casi un semestre desde que se produjo el cambio de Gobierno y Mariano Rajoy llegó a la Moncloa, los encuestados encuentran pocos motivos para el optimismo. Según el sondeo realizado durante la primera semana del mes pasado, la confianza en la economía cayó casi seis puntos entre abril y mayo, y cerca de veinte puntos en comparación con 2011. De hecho, dos terceras partes de los consultados afirma que la situación se ha agravado y que es peor ahora que hace un año.

El paro sigue siendo el principal problema del país, a los ojos de los ciudadanos. Sin embargo, se mantiene estable el porcentaje de quienes lo citan como uno de los tres grandes escollos nacionales, el 81,7%, como en abril. Le siguen, coherentemente, las cuestiones de índole económica, que continúan también en el segundo puesto mencionadas por el 51,1%.

El barómetro de mayo recoge, no obstante, un cambio significativo, ha crecido el porcentaje de personas que señala con dedo acusador a «la clase política», «los políticos» o «los partidos». Si en abril era del 18%, en mayo llegó al 22,5%, la cifra más elevada en lo que va de 2012 y un registro similar al que se dio en los meses que mediaron entre las municipales y autonómicas de mayo de 2011 y las generales del 20 de noviembre.

También ha subido en dos puntos el porcentaje de quienes hablan de la sanidad como problema y algo parecido ocurre con quienes se refieren a «los recortes».