El PSOE pide a Rajoy que frene los mensajes del PP sobre el rescate
Cospedal niega problemas de comunicación entre el Gobierno y el partido y reitera que España no será intervenida
MADRID.Actualizado:El PSOE acusa al Gobierno de fallar exactamente en aquello que Mariano Rajoy 'vendía' como su punto fuerte cuando ejercía como líder de la oposición frente a un achicharrado José Luis Rodríguez Zapatero: la capacidad de proyectar la imagen de España como país serio y socio fiable. Después de la que, probablemente, ha sido la semana más crítica para el país desde que la crisis sacude la zona euro, el secretario de Organización socialista, Óscar López, reclamó al jefe del Ejecutivo que «ponga orden» en sus filas.
Los socialistas, que se esfuerzan por encontrar un equilibrio entre la oferta de colaboración al Ejecutivo y la crítica propia de la oposición, sostienen que el PP ha contribuido a menoscabar la percepción que desde fuera se tiene de las instituciones españolas en un intento inane de salvar su propia cara. Y, además, reprochan a Rajoy que no sea capaz de mantener un único mensaje y una línea clara frente a los rumores de una inminente intervención de la economía nacional. «Parece que corren como pollos sin cabeza», dijo López.
El reproche tiene su origen en el cambio de estrategia del presidente del Gobierno que, de optar por relatar a los ciudadanos los pormenores de la situación económica con la mayor crudeza, ha pasado a echar mano de un discurso optimista más propio de su antecesor. El problema, dicen en el PSOE, es que no todo su Ejecutivo se ha subido al carro en este viraje.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, admitió el viernes que el futuro del euro se juega en las próximas semanas en España e Italia, sin paños calientes. Y el portavoz popular de Exteriores en el Congreso, José María Beneyto, afirmó el domingo que no hay que descartar el escenario del rescate y que tal circunstancia no supondría «el apocalipsis». El día anterior, Rajoy había dicho justo lo contrario en el Círculo de Economía de Sitges.
«Está quedando claro que no tenían un plan para salir de la crisis», concluyó el dirigente socialista. Aun así, insistió en que su partido «no hará lo que hizo el PP» y tratará de ser «útil» en sus posiciones. No es sencillo para Alfredo Pérez Rubalcaba mantener este planteamiento porque no todos en su partido lo entienden. El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, insistió ayer idea de que los pactos de Estado con «la derecha» no son convenientes. A su juicio, el PSOE debe recuperar «su esencia» y defender políticas de izquierda.
Sin embargo, Rubalcaba está en sintonía con otros barones, entre ellos, el más importante, José Antonio Griñán. Aunque el presidente de la Junta de Andalucía apostó por Carme Chacón en el 38 Congreso, es uno de los convencidos de que la situación crítica que atraviesa España exige grandes acuerdos. María Dolores de Cospedal negó la mayor y quiso quitar hierro a la discordancia comunitativa entre Gobierno y PP, una disparidad que recordó a la que protagonizó el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, que calificó de «opinión personal» el anuncio del ministro Luis de Guindos sobre la implantación del copago farmacéutico.
La secretaria general de los populares achacó el revuelo a que las declaraciones de Beneyto formaban parte de un contexto general, e insistió en que la única postura del PP en relación a una posible intervención de la UE es la que expuso el presidente Rajoy en el encuentro de Sitges: España y el Gobierno demuestran y han demostrado que son capaces de sacar al país del atolladero económico «sin necesidad de ningún rescate por parte de la UE».
Concordancia
Cospedal, en plena concordancia con la postura de la Moncloa, consideró necesario y urgente que los organismos de la UE respondan a España «como un país que está cumpliendo». La número dos del partido gubernamental abundó en que el Ejecutivo seguirá haciendo ajustes para cumplir con el objetivo de déficit, una meta que considera clave para lograr retornar en la seda del crecimiento.
Cospedal se negó a comentar medidas como la subida del IVA o la ampliación de la edad de jubilación, probables en caso de intervención; reivindicó la independencia del Ejecutivo de Rajoy frente a la UE y destacó que el presidente «ha tomado decisiones que venían en su programa electoral, otras que no venían, pero que han sido necesarias, y otras que seguirán tomando las diga o no las diga la UE».