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La presidenta argentina, Cristina Fernández, habla con su homóloga brasileña en una reunión de Unión de Naciones Suramericanas. :: EFE
ESPAÑA

El Rey viaja a Brasil y Chile para recomponer la imagen de España

Don Juan Carlos busca acuerdos económicos y compromisos diplomáticos tras los reveses de Argentina y Bolivia

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

El Rey inicia hoy un viaje oficial a Brasil y Chile para dar un impulso a la imagen de España en la región tras los reveses sufridos por las empresas españolas en Argentina y Bolivia. Don Juan Carlos tiene dos objetivos, reforzar las relaciones económicas con los dos países de economías más dinámicas de la región; no en vano va acompañado por casi todo el Ibex 35, y sellar compromisos diplomáticos para que la Cumbre Iberoamericana de Cádiz en noviembre sea un éxito de asistencia que permita remontar los fiascos de las últimas citas de este foro.

El monarca reaparece pues con una misión económica y política de primer magnitud, después del descanso al que le obligó la fractura de cadera sufrida en su safari en Botsuana. Apenas 24 horas después de despojarse del uniforme de capitán general con el que presidió ayer en Valladolid una reducida parada militar por el Día de las Fuerzas Armadas, partirá a Brasil que es, según fuentes gubernamentales, la «prioridad de las prioridades» en América Latina. Con ser buenas, las relaciones de España con este país no alcanzan el grado de excelencia que tienen, por ejemplo, las qeu mantiene conMéxico.

El jefe del Estado se verá en el palacio de Planalto en Brasilia con la presidenta Dilma Rousseff. Ambos mantendrán una reunión acompañados de los principales directivos de las empresas más poderosas de los dos países. Por parte española estarán, entre otros, el presidente del Santander, Emilio Botín, el de Telefónica, César Alierta, y el de Repsol, Antonio Brufau. La presencia de empresas españolas en Brasil es muy notable, pero aspira a ser superior. No en vano es la economía más potente de la región y una de las que crece a mayor ritmo en el mundo.

El Rey, que estará acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, tendrá además una delicada misión diplomática, sondear la posibilidad de sellar un acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Brasil, como ya tienen México, Colombia o Chile, al margen de Mercosur. España apuesta por esta vía para evitar una alianza con el proyecto de integración con los países del cono sur del continente, entre los que está Argentina y con el que las relaciones han quedado muy deterioradas tras la nacionalización de YPF, la filial de la petrolera Repsol. Brasil, según fuentes gubernamentales, no ve con buenos ojos esta operación.

Otro objetivo del viaje es comprometer la presencia de Rousseff en Cádiz, tarea factible, pero que puede desmontarse en cualquier momento porque Brasil juega un papel secundario, impropio de su potencialidad, en las cumbres iberoamericanas. Organizó una en la década de los noventa y no ha mostrado intención de repetir experiencia porque su protagonismo, sin ser irrelevante, no guarda relación con su peso económico y político.

Segunda etapa

El lunes por la noche, el Rey viajará a Santiago de Chile, en una visita con dos fases, una primera comercial, en la que don Juan Carlos con su comitiva empresarial de primer orden ser reunirá con el presidente anfitrión, Sebastián Piñera. Las empresas españoles tienen pingües negocios en el país andino, al que considera un modelo de seguridad jurídica para la inversión internacional. Todo lo contrario de Argentina.

La segunda fase de la visita es diplomática. El Rey viajará el martes a Antofagasta, donde se reúnen los países latinoamericanos de la Alianza del Pacífico, entre ellos Chile, México (Felipe Calderón), Colombia (Juan Manuel Santos), y Perú (Ollanta Humala), con los que buscará amarrar su presencia en la cumbre gaditana de noviembre y tratará de estrechar los lazos para reforzar el papel de España en la región. Un liderazgo deteriorado tras el incidente de YPF en Argentina y de Red Eléctrica en Bolivia, también nacionalizada, y después de algunos años de olvido diplomático durante los mandatos de José Luis Rodríguez Zapatero.

El viaje tiene una finalidad adicional, demostrar a los países latinoamericanos que la figura del Rey sigue incólume y que su actividad como jefe del Estado de España no ha sufrido ninguna merma pese a los serios problemas de la Corona por los turbios negocios del yerno del Rey y su propio accidente de caza en África. Unos asuntos que tuvieron y tienen un amplio tratamiento informativo en la región, y no siempre en el tono que desearía la Zarzuela.