El destino del PSOE

A estas alturas muchos nos preguntamos cuál es el destino del PSOE, hacia dónde camina, ya ni socialista ni obrero. Tras la gran derrota por méritos propios más que del contrario, los socialistas han dado un espectáculo lamentable, en pos del liderazgo, agrandando más la división en el partido y sin dar paso a la renovación que es necesaria para sacar a flote el barco. Si el señor Pérez Rubalcaba fue peso pesado en el Gobierno de Rodríguez Zapatero, el del talante de triste recuerdo, ahora piensa que podría hacerlo mejor cuando no lo hizo antes. Está quemado políticamente hablando y ya ni en la oposición es creíble. Ahora el aludido dice tener soluciones que no aplicó entonces, mejores que las del PP. Pues haberlas utilizado, amigo. Los socialistas comenzaron la debacle con su mal gobierno, falta de previsión y los temidos y dolorosos recortes, con los que hubieran seguido sin duda. Pero aunque somos de frágil memoria hay cosas que no se olvidan. Por otro lado la sombra alargada de Felipe González y Alfonso Guerra sólo añade más leña al fuego de las divisiones y malos entendimientos del partido. No nos merecemos estos políticos embaucadores, trepas y vividores, hay que renovar la savia, sea cual sea su color e ideología, ya que este país se va al carajo. Claro que ellos tienen ya cubierto el riñón.