Residentes y comerciantes solicitan la limpieza de los colectores para evitar la acumulación de mosquitos. :: C. C.
SAN FERNANDO

Una nube de mosquitos desespera a la Ronda del Estero

Comerciantes y vecinos se quejan por la cantidad de insectos que hay en la zona y piden al Ayuntamiento que ponga en marcha medidas de control

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Imagínense un lugar parara vivir en el que las ventanas del salón den a pleno parque natural. Que al fondo del todo se distinga a la perfección Chiclana, sin edificios que hagan ningún tipo de sombra a esta vista. Que además cuenten con senderos que recorrer en plena naturaleza, carriles bicis para hacer ejercicio y un enlace que permite salir con facilidad de la ciudad. Sin embargo, con la imaginación no se podrá apreciar los inconvenientes, puesto que para ello se precisa de la piel y del olfato.

Los vecinos y hosteleros de la Ronda del Estero, conocen bien tanto las ventajas como inconvenientes, de vivir en un lugar así, pero últimamente los segundos predominan sobre los primeros. La cercanía del caño y las características de marismas, unidos a que los colectores de la ciudad desembocan en este lugar, hace que haya días en los que, a pesar de la calor, lo más conveniente sea cerrar las ventanas debido al olor que llega de esta zona idílica.

Pero este no es el problema que trae de cabeza a sus residentes y comerciantes. En las últimas semanas unos parásitos con el tamaño de la aguja de un alfiler se han adueñado de la zona y resulta imposible caminar por el lugar, especialmente al caer el Sol. Tanto los vecinos como los propietarios de los negocios, solicitan al Ayuntamiento que tome medidas contundentes sobre la nube de mosquitos que inunda distintos tramos de esta amplia vía. Sobre todo en puntos como el colector de Constitución o el cercano al muelle de Gallineras.

Además del control de la plaga, piden la limpieza de estos puntos que dan salida a la red de pluviales, de prácticamente la zona de la ciudad más poblada. Las altas temperaturas unidas a los altos índices de humedad, han intensificado la presencia de estos molestos inquilinos, que hacen que sea imposible pasear por el lugar. Los que más se resiente son precisamente los establecimientos, cuyas terrazas no se llenan en una semana propicia para ello. Un problema que se repite cada año.