Por el camino equivocado
La estrategia de los trabajadores de Navantia de recurrir a la violencia provoca el rechazo de posibles clientes y de los propios gaditanos
Actualizado: GuardarLos trabajadores de Navantia se equivocan completamente en su estrategia. Desde hace años, la Bahía de Cádiz ha estado acostumbrada a convivir con sus protestas, sus cortes de tráfico, sus enfrentamientos con la Policía... Los trabajadores entienden que la única forma que tienen de presionar para que los astilleros tengan más carga de trabajo es saliendo en los telediarios, cortando el puente, destrozando todo lo que se encuentran por delante, pero nada más lejos de la realidad. Históricamente, los trabajadores del sector naval han recurrido a la violencia para hacerse ver. Y en cierto modo se les ha comprendido, apoyado, desde la ciudadanía. Pero los tiempos han cambiado. En un país en el que existen casi seis millones de parados, utilizar estas formas de extorsión a los poderes públicos puede llevar a una espiral peligrosísima.
¿Qué ocurriría si todos los desempleados de todos los sectores presionaran del mismo modo? Iríamos a una guerra de guerrillas en la que sería imposible la convivencia. Si lo que pretenden es conseguir más trabajo, lo que tienen que 'vender' es precisamente todo lo contrario. Dar a valer su enorme preparación, su cualificación para llevar a cabo su trabajo. Solo así las empresas navales nacionales e internacionales se decidirán a traer a Cádiz sus encargos. Con esta imagen de conflictividad laboral lo único que consiguen es ahuyentar a posibles clientes.
Y además, están provocando un auténtico rechazo por parte de la ciudadanía. Ayer, miles de gaditanos estuvieron durante horas atrapados en sus vehículos por culpa de los atascos provocados por el corte del puente. Prácticamente nadie entiende porqué todos hemos de sufrir las consecuencias de su situación, cuando además muchos de los atrapados están aún peor.
Mejor harían los comités de los tres astilleros abundando en la idea de que la industria naval gaditana está a la altura de las mejores del mundo. Probablemente es el camino más largo, pero el más seguro para su futuro. Lo otro, los disturbios, los destrozos, los altercados, solo provocan el rechazo de posibles clientes y de los propios gaditanos.