Más política y menos políticos
Actualizado: GuardarUn estudio interno elaborado por asesores de la Presidencia del Gobierno desvela que España es el país europeo con mayor número de políticos con cargos públicos por habitante de toda Europa. Estos políticos se encuentran trabajando a todos los niveles de la administración.
En efecto en España tenemos 445.568 políticos trabajando en todos los niveles de la administración, así como en todo tipo de empresas públicas o participación de fondos públicos. Definiendo como tales toda aquella persona retribuida con fondos públicos sin haber acreditado su condición de funcionario o empleado público mediante la correspondiente prueba de acceso o concurso oposición. Todos sabemos a qué personas nos referimos las favorecidas con un nombramiento de cargos ya sean legítimos como nuestros parlamentarios como cargos de libre disposición que se otorgan de forma discrecional. Según el informe desvelado por el ‘Diario el Aguijón’ tenemos el doble del porcentaje por habitante que los que tiene Italia, que se mantiene en niveles muy parejos con los de Francia, país que siempre se ha caracterizado por su fuerte estructura pública. Lo más sorprendente es que España tiene 300.000 políticos empleados por elección o por designación directa en todo tipo de organismos, más que Alemania, país que tiene el doble de la población española. El estudio desvela, que el tamaño desmesurado de nuestra administración no se encuentra distorsionado tanto por el número de los funcionarios que prestan servicio directo al ciudadano (profesores, militares, médicos, policías etc.), sino que el mayor porcentaje de distorsión se encuentra entre los cargos políticos que forman nuestras administraciones...
El estudio desvela que la mayor cantidad de políticos colocados en la administración, lo hacen a través de organismos dependientes de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, destacando como principales agencias de colocación las empresas municipales dedicadas a urbanismo y al transporte así como los denominados observatorios y organismos asesores. Precisamente el informe desvela que es bajo la llamada asesoría donde más políticos hay contratados, señalando incluso que en muchas ocasiones se dan casos de asesores que asesoran a otros asesores y así sucesivamente hasta en cuatro ocasiones hasta que llega el asesoramiento a un cargo electo.
El informe también considera como políticos a los liberados sindicales y patronales, y por primera vez se les pone número. En el caso de las organizaciones sindicales, en España contamos con 65.130 liberados sindicales. Las patronales cuentan con 31.210 personas empleadas con responsabilidad en la dirección política de sus organizaciones. La inclusión de estos cargos en el informe se justifica por el hecho de que realizan funciones de organización política del Estado, y sus organizaciones son sufragadas por fondos procedentes de la administración central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Para el cálculo de estos se ha analizado las bolsas de horas sindicales y liberados que reflejan los convenios colectivos sectoriales.
Del dicho documento se desprende que el destino donde más cargos políticos hay colocados es en empresas públicas o con participación pública (en su mayoría son autonómicas y municipales) donde hay empleados la friolera de 131.250 personas. No demasiados teniendo en cuenta que en la actualidad hay catalogadas 4.000 empresas de con esta calificación (empresas públicas, participadas u fundaciones) solo en el ámbito autonómico y local Le siguen los ayuntamientos, que emplea directamente a 8112 alcaldes y 65.896 concejales. A continuación les siguen los sindicatos y patronales. También destacan los políticos empleados como cargos de confianza, que el informe detalla en 40.000 subrayando el informe, que la cifra se ha disparado por la práctica habitual de los grupos municipales y parlamentarios autonómicos a tener un determinado número de cargos de confianza respecto a su representación que realizan labores internas de los grupos, y que se solapan con las de los asesores personales que a su vez tienen los políticos electos. El informe, por tanto, pone de manifiesto que en este país sobran políticos y falta POLITICA, con mayúscula y eso que no ha entrado a cuantificar el coste de este despilfarro, pero si promediamos unas retribuciones de 30.000 € por cabeza nos sale una cifra de 13.500 millones de euros. No digo yo que se pueda prescindir de todos pero estaréis conmigo que esta cifra podría reducirse sustancialmente.
No tengo por más que dar la razón a las declaraciones del Profesor Julián Pavon que, no hace mucho, apuntaba en su Conferencia en el CEPADE (Universidad Politécnica de Madrid) ‘El pesebre autonómico español y los siete pecados capitales’ que como su título indica, las CCAA son el pesebre del que se alimentan la mayoría de los cargos políticos de la administraciones publicas. Y los principales problemas que derivan de esta mala práctica ( los identifica como los 7 pecados capitales) y que aquejan a las a nuestra economía son el despilfarro, la corrupción , la hipertrofia de la clase política y la hipertrofia de la administraciones publicas y solo cito cuatro que son los que vienen al caso sin desmerecer al resto de los pecados no menos importantes por lo que los citaré aunque trataremos de ellos en otra ocasión son : Ruptura de la Unidad de Mercado, Endeudamiento e Ingobernabilidad del país. Y siguiendo con el símil de la liturgia de la confesión y aunque se trate de pecados capitales, que en el escalafón están entre los mortales y los veniales, para poder perfeccionar el sacramento de la penitencia según establece el catecismo de Ripalda tendremos que tener dolor de contrición, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia.
Bueno una vez recibida la absolución y cumplida la penitencia que, sin duda, estamos ya sufriendo, lo que es menester es no volver a pecar, aunque dudo mucho que nuestra clase política se merezca el perdón pues le falta el ‘propósito de la enmienda’ y por mucho acto de contrición y golpes de pecho, si no hay enmienda… todos al infierno.