Fernández Díaz y Manuel Valls intercambian confidencias tras su reunión de ayer. :: SERGIO PÉREZ / REUTERS
ESPAÑA

«La disolución completa y el desarme total de ETA son condiciones sine qua non»

El nuevo ministro del Interior francés asegura en Madrid que no habrá cambios en la política antiterrorista mientras la banda siga existiendo

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En castellano y en francés, pero idéntico mensaje «a ambos lados de los Pirineos», ni Madrid ni París moverán un milímetro su política antiterrorista si antes ETA no anuncia su desaparición oficial y entrega sus armas. Manuel Valls, durante la primera visita oficial de un ministro de François Hollande a España, se esmeró en dejar claro que el nuevo Gobierno socialista galo, a pesar de las diferencias ideológicas con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, va a mantener la «excelente colaboración» contra ETA entre los dos países y garantizó que los dos gobiernos hablarán con una misma voz.

De hecho, Valls hizo casi textualmente suya una de las frases que su homólogo, Jorge Fernández, repite hasta la saciedad cuando se reclama al Gobierno gestos hacia ETA después de que anunciara el cese definitivo de la violencia el 20 de octubre: «La disolución completa y el desarme total de ETA son condición sine qua non» para que París haga cualquier movimiento. «La desaparición incondicional está fuera de toda discusión», apostilló el ministro galo, empeñado en subrayar que la cooperación seguirá a un «nivel muy alto».

Pero Valls, en privado primero y luego en público, sobre todo dio a Fernández la garantía que el ministro español esperaba desde que Hollande llegó al Eliseo el 15 de mayo. Esto es, que el Gobierno de París no va a introducir ningún matiz en su política contra ETA y, sobre todo, que no lo va a hacer sin contar antes con España. El ministro de Interior galo aseguró tajante que «no hay ni puede haber cambios» porque la banda sigue viva. Exactamente el mensaje que Fernández quería oír y quería que se oyera en el exterior, máxime después de que a mediados de este mes ETA intentara con un nuevo comunicado implicar a la Unión Europea para que presionara a los dos países a fin de que hicieran algún movimiento.

«Derrota militar»

«Francia y España continuarán con la misma determinación que ha conducido a la derrota militar y policial de ETA», afirmó Valls, quien llamó en un par de ocasiones a «no bajar la guardia, hoy más que nunca», habida cuenta de que la organización terrorista dispone de «stocks de armas» y de «militantes que tienen actividad», amén de recordar que ETA «hace solo dos años asesinó a un policía francés en territorio francés».

«La cooperación franco-española contra ETA es histórica y ejemplar, tiene al menos 30 años de trabajo en común, acaba de volver a dar resultados (refiriéndose a las últimas detenciones) y debe seguir hasta la disolución completa de ETA», insistió el ministro francés de origen catalán.

Las palabras de Valls fueron acogidas con indisimulada satisfacción en la delegación española. No obstante, en el Ministerio del Interior ya daban por descontado ese apoyo cerrado a la política antiterrorista del Gobierno de Rajoy después de que el 18 de mayo el nuevo ministro francés, durante su breve encuentro con Fernández en Munich durante la cumbre del G6, garantizara que el Ejecutivo de Hollande no iba a dar ninguna sorpresa obrando por cuenta propia. Es más, va a dejar que Madrid marque el paso y que decida en cada momento cuáles deben ser las líneas maestras de la política de los dos ejecutivos para conseguir que ETA vacíe sus arsenales y declare su desaparición .

Las declaraciones de Valls fueron asentidas una y otra vez por Fernández. Ambos han establecido una relación muy estrecha en apenas dos semanas, hasta el punto de que el ministro galo llamó a su homólogo «mi nuevo amigo», y los dos bromearon sobre sus muy diferentes militancias políticas. «En la lucha contra el terrorismo de ETA vamos de la mano los dos gobiernos y los dos países», explicó el ministro español.