Otro bombardeo erróneo de la OTAN
Afganistán acusa a la Alianza de matar a ocho civiles, entre ellos seis niños, sin vínculos con la insurgencia
Actualizado:La OTAN volvió a fallar. Por enésima vez en los últimos once años los aviones de la Alianza bombardearon una vivienda de civiles en Afganistán y mataron a ocho personas de la misma familia, entre ellas seis niños y una mujer, según denunciaron las autoridades locales de la provincia de Paktia, al sur del país asiático. El organismo confirmó que el sábado por la noche realizó un ataque en la zona en el marco de una operación contra la milicia insurgente de la denominada 'red Haqqani', responsable de los últimos grandes ataques en Kabul. Asimismo, adelantó la apertura de una investigación para intentar aclarar los hechos ocurridos en el distrito de Garda Serai.
«Esta familia no tenía ninguna conexión con la insurgencia o los grupos terroristas», declaró Rohula Samon a la agencia AFP, portavoz del gobernador local y responsable de hacer pública la matanza.
Hace menos de un mes, Hamid Karzai llamó a consultas al embajador norteamericano en Kabul, Rayon Cracker, y al comandante de la OTAN, John Allen, para mostrar su enfado por dos bombardeos de aviones no tripulados que mataron a veinte personas. Este tipo de acciones «no se puede justificar bajo ningún concepto», recogía el comunicado que hizo público la oficina presidencial tras el encuentro. A juicio de Karzai «cada muerte de un civil alimenta la resistencia» y «afecta severamente a la soberanía del país», rezaba entonces una nota que se volverá a repetir esta semana. Catorce de aquellas víctimas se produjeron en la provincia bajo liderazgo español de Badghis, al noroeste del país, y los otros seis en Helmand, al sur, donde una mujer y seis niños de una misma familia murieron tras el ataque de un 'drone'.
Ofensiva talibán
Los civiles son los principales afectados de la guerra afgana y el número de bajas ha ido en aumento desde que comenzó el registro en 2007. En su último informe de 2011, la ONU eleva a 3.021 el número de civiles fallecidos y 4.507 los heridos a causa de la violencia, la mayor parte a manos de la insurgencia (2.332).
El parte de guerra de la jornada de ayer se completó con la muerte de cuatro soldados internacionales tras la explosión de tres bombas en el sur del país, según informó la OTAN. Mientras en los despachos se cierran los flecos para la retirada de las tropas en 2014 y se centran la mayor parte de los esfuerzos en la preparación de las fuerzas afganas, sobre el terreno la violencia continúa y los talibanes prosiguen con su ofensiva de primavera. En lo que va de año han muerto 165 militares extranjeros, según datos del portal independiente 'icasualties.org'.
La tercera de las cinco fases de transferencia de seguridad a las fuerzas locales ya está en marcha y pronto, sobre el papel, los afganos serán responsables de 260 de los 398 distritos del país, entre ellos las 34 capitales de provincia. Esta traspaso de poderes, sin embargo, no ha traído de momento ninguna mejora en la seguridad.