Imagen de la sede de Bankia en Madrid. / Reuters
crisis financiera

Las seis claves del rescate de Bankia

Pendientes de Bruselas, porque el Gobierno y el Banco de España han colaborado estrechamente en la elaboración del plan

MADRID Actualizado: Guardar
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Mientras la tormenta política se ceba en las responsabilidades del caso Bankia, que han obligado al más costoso rescate nunca visto en la historia financiera de España, el nuevo equipo gestor trata de pasar página, y justifica la multimillonaria demanda de fondos. Más de 23.000 millones, entre la conversión de ayudas en acciones y la nueva inyección de capital propuesta.

- Capital público

“Lo que el Estado aporta es capital, no ayudas”. La precisión de José Ignacio Goirigolzarri, presidente de BFA-Bankia, es importante, porque significa dos cosas: que la firma no tiene que pagar los intereses de un préstamo, y que, tras recibir tan abultada inyección de dinero, todos los esfuerzos se volcarán en hacer más valiosa la propiedad. En un horizonte por determinar, los contribuyentes debieran recuperar, con creces, vía privatización, el esfuerzo de inversión realizado.

- Miles de millones

El detalle de la demanda de capital es esclarecedor de las necesidades afloradas... y de las previsiones de futuro. La petición de 19.000 millones intenta cubrirlo todo: desde los créditos promotores que todavía están al corriente de pago, pero es probable que dejen de hacerlo, hasta la morosidad potencial de los hipotecados y las pymes, segmentos que en Bankia tienen una abultada representación. Tampoco quiere limitarse a las exigencias de capital mínimo, y prevé dejarlo en el 9,5% sobre créditos, cuando el requerimiento básico para las cotizadas está reducido al 8%.

- Autorizaciones

El Gobierno y el Banco de España están detrás de las propuestas de recapitalización de Bankia, porque han colaborado estrechamente con su evaluación. Pero Bruselas podría introducir matizaciones, porque ya no estamos en la etapa de la barra libre -2008 a 2010- para la aportación de recursos públicos. Al comisario Almunia le corresponde decidir si procede realizar algunas precisiones. Dispondrá, previamente, de algo que todavía no se conoce: el plan estratégico del grupo, que incluirá desinversiones y se presentará en la segunda mitad de junio. También podría ayudar el apoyo incondicional de las fuerzas políticas.

- Culpables

El nuevo equipo al frente de Bankia asegura que no está ahí para exigir responsabilidades. Goirigolzarri ha pasado página, y se limita a evocar que su antecesor, el exvicepresidente Rodrigo Rato, tuvo que afrontar las peores circunstancias posibles. La recaída en la recesión, y las cada vez mayores y acuciantes exigencias de los reguladores. Dos factores que, sumados a los problemas de la integración de siete cajas, y de la salida a Bolsa en el peor de los escenarios posibles, hubieran minado temples más fuertes. El nuevo presidente de Bankia pide, en todo caso, extremar las cautelas en los juicios, porque ahí detrás se encuentra la red del banco.

- La factura

El estado compra Bankia por determinado precio –los 4.465 millones de euros de convertibles en acciones- y le dota con 19.000 millones de capital adicionales. ¿Dónde se apuntan los costes?. De momento no afloran en el déficit, ni tampoco son deuda reconocida. Cuando el Estado se desprenda de parte de ese capital, y en función del precio, se anotará la diferencia en el saldo de valor de activos y pasivos del Estado.

- Privatización

¿Podría haber un reintegro de fondos públicos a corto plazo?. Solo si a la ampliación de capital concurrieran los actuales accionistas en una proporción elevada. Como el Estado ha previsto destinar a este fin un máximo de 12.000 millones de euros, si los propietarios ejercieran de forma masiva el derecho de suscripción preferente se podría rebajar esa cantidad y devolver la diferencia. También si surgen otros compradores habría una recuperación temprana de fondos públicos. De momento no hay plazos, a la espera de que Bankia presente sus planes de relanzamiento.