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Imagen publicitaria de los Bee Gees para un especial de televisión. / Archivo
música

Bee Gees o la falsedad del falsete

La voz tan característica de 'Stayin alive' o 'Night fever' no era la de Robin Gibb sino la de su hermano mayor Barry Gibb

ALBERTO FERRERAS
MADRIDActualizado:

El pasado domingo 20 de mayo la noticia de la muerte del músico Robin Gibb, componente del legendario grupo Bee Gees, aparecía en los teletipos de las redacciones. Poco a poco, las webs, radios, televisiones y rotativos, comenzaban a incluir la desaparición del legendario intérprete en sus crónicas y boletines.

Entre todos los titulares y crónicas, uno comenzó a destacar sobre el resto: 'Robin Gibb, inconfundible falsete de los Bee Gees'. Y es que, si en algo se caracterizaba el famoso trío británico era, además de por sus armonías y pegadizos ritmos bailables, porque uno de sus miembros tenía la facultad de cantar en tonos bajos (graves) y altos (agudos) alternativamente (efecto conocido como falsete).

La trayectoria del grupo musical, tras 43 años en activo, se relataba con detalle en la crónica principal. Sin embargo, algo no se había contrastado suficientemente: Robin Gibb, el BG fallecido, había sido vocalista de éxitos como 'Massachusetts' o 'I started a joke', no había sido el 'inconfundible falsete de los Bee Gees'. La voz tan característica de 'Stayin alive' 'Too much heaven' o 'Night fever', por destacar tres temas emblemáticos, era (es) la de su hermano mayor Barry Gibb, el único superviviente de los Bee Gees.

La noticia del fallecimiento del 'falso falsete' se copió y repitió por la gran mayoría de medios de comunicación, incluidos los telediarios. Nadie se paró a comprobar si la crónica que dio origen al error, era correcta o contenía algún dato equivocado. Aún hoy, una semana después de que saltara la noticia, nadie de los que abrieron sus secciones con esa llamativa apertura, ha corregido el falso dato. Todo ha pasado con total discreción a las hemerotecas, y así se quedará para la posteridad. Y es que no hay que dejar que la realidad estropee una buena noticia (o una buena apertura), como se suele repetir de forma irónica en las facultades de periodismo.

La pregunta que nos queda por resolver es qué titular, seguido de subtítulo y entradilla, podremos leer y escuchar cuando el nombre barbudo y leonino Barry, el verdadero falsete del mítico trío, encabece (esperemos que dentro de muchos años) las secciones de necrológicas de nuestros medios de comunicación. Va ser verdaderamente curioso ser testigo de ello.