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Sociedad

A la cama sin cenar

La crisis aumenta las carencias alimentarias de los niños españoles, de modo que la malnutrición afecta ya al 4,4%

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

Por desgracia, los niños ya no se van a la cama sin cenar como castigo, sino por culpa de la crisis, porque no tienen nada que llevarse a la boca. Un informe de la Fedaia, la federación que agrupa a las entidades catalanas que trabajan con niños desamparados o en riesgo de exclusión social, concluye que las cifras de pobreza infantil se encuentran en España en niveles muy altos, superiores al 26%; solo Rumanía o Bulgaria están peor en Europa, y pone de manifiesto además cómo la situación de estos niños se ha agravado en los últimos años como consecuencia de la crisis económica. Hasta el punto de que la malnutrición (contabilizada en el estudio como la imposibilidad de consumir carne, pollo o pescado cada dos días) afecta ya al 4,4% de los menores españoles, cuando sohace tres años la padecían el 2,9%.

Es la nueva realidad de un país que se despierta de la pesadilla de la crisis y contempla un paisaje desolador para una otrora rica España: críos que se van a la cama sin cenar, que no disponen de material escolar o de ropa apropiada con la época del año y que no pueden participar en las salidas de su clase ni asistir a refuerzo escolar; familias que no pueden hacer frente al pago del alquiler, que están realojadas en una habitación y que no pueden pagar las facturas ni afrontar gastos básicos como comprar gafas o audífonos para sus hijos; o padres e hijos con problemas de salud mental por el estrés que produce la precariedad económica.

«Un niño pobre en nuestro país no se corresponde con el estereotipo que normalmente se asocia al de los países en vías de desarrollo», afirman los responsables del estudio. «Nuestros pequeños no van descalzos ni buscan comida en los vertederos, pero eso no quiere decir que tengan cubiertas sus necesidades básicas». Muchos de ellos no comen adecuadamente, ya sea porque sus padres no pueden proporcionarles alimentos de calidad o porque la situación de la familia impide que haya un adulto en casa para hacerse cargo del cuidado de los más pequeños. Viven en familias donde los ingresos no permiten llegar a fin de mes, donde los padres se encuentran en el paro y en la que la precariedad laboral impide dedicar tiempo y atención a los hijos.