Hollande y Merkel escenifican su ruptura sobre los eurobonos
Los líderes de la UE persiguen una estrategia para el crecimiento
BRUSELASActualizado:El giro en el eje franco-alemán provocado por la llegada de los socialistas al Elíseo se ha escenificado en el debut europeo del nuevo presidente de Francia, François Hollande, en torno a los eurobonos, que París ha elegido como primer desafío a la canciller alemana, Angela Merkel. Esta se mantiene firme en su rechazo a la emisión pese a la presión ejercida no solo por Hollande, sino también del primer ministro italiano, Mario Monti, que defienden esta medida para estabilizar la eurozona y reactivar el crecimiento.
"La idea es poner todas las propuestas sobre la mesa para reactivar el crecimiento", ha señalado Hollande, quien ha llegado a Bruselas en tren, donde viajó junto al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, con quien mantuvo en la tarde una reunión en París. "No podemos perder más tiempo", ha destacado el mandatario socialista antes de la cena con sus socios europeos, en la que presentará los eurobonos como una de las principales recetas para salir de la crisis, una opción que Merkel rechaza y Austria califica de "tontería".
"Los eurobonos no son una contribución al crecimiento", ha zanjado Merkel. Ha alegado además que "los Tratados prohíben asumir la responsabilidad de la deuda de otros Estados miembros y en nuestra opinión eso también afecta a los eurobonos". Alemania defiende a cambio la disciplina fiscal y reformas estructurales en desmedro de los eurobonos, ante el temor que este instrumento provoque un aumento en el coste de la deuda soberana para Alemania, que a día de hoy paga mínimos por financiarse en los mercados. Alemania y Austria, ambos calificados con la máxima nota de solvencia triple AAA, creen además que una medida así disminuiría la presión sobre los países más vulnerables para que hagan las reformas estructurales exigidas.
También el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, ha mostrado su rechazo a la emisión conjunta de deuda en la eurozona ya que, en su opinión, esto supondría "invitar a problemas". "No estamos a favor de los eurobonos", ha indicado Katainen, que ha subrayado que "demasiados países" han recibido dinero en el pasado prestado a intereses que eran demasiado bajos. En la misma línea se ha expresado su homólogo holandés, Mark Rutte. Merkel ha encontrado aliados incluso en países que no forman parte de la eurozona, como Suecia. "Soy muy escéptico sobre los eurobonos porque es incorrecto para ambos lados. El buen comportamiento se castiga y a los que tienen que hacer más se les alivia", ha justificado su primer ministro, Fredrik Reinfeldt.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha tratado de ejercer de mediador entre los dos bandos. "Nuestras discusiones esta noche deben ser específicas y francas, pero con una fuerte voluntad de compromiso", ha dicho Van Rompuy en referencia al enfrentamiento entre Alemania y Francia.
El enfrentamiento acaba con la sintonía que había presidido desde el inicio de la crisis la relación del eje franco-alemán. El anterior presidente galo, Nicolas Sarkozy, acabó plegándose a la negativa de Berlín a discutir los eurobonos.
Posible salida de Grecia
Francia y Alemania enfrentan en la cumbre de los líderes de la UE sus planes para reactivar el crecimiento. El encuentro está dominado por el pánico de una posible salida de Grecia del euro y las dudas sobre la banca española. Europa debe "reaccionar rápidamente para reactivar el crecimiento", remarcaba Hollande al llegar a Bruselas.
Una fuente europea ha señalado que Francia podría obtener esta noche un compromiso de Alemania, si Hollande coopera con los esfuerzos de Merkel para lograr una ratificación rápida en la Unión Europea (UE) del pacto de disciplina fiscal. "Eso sería un verdadero acuerdo franco-alemán", ha considerado la fuente. España, que sería uno de los principales beneficiarios, dice que el tema puede distraer a la UE de lo que deben de ser sus prioridades. Sobre todo, porque el tiempo para encontrar soluciones apremia. Es así que en el menú de la cita se han colado varios temas de difícil digestión, entre ellos la incertidumbre en Grecia y las dudas sobre la solvencia de la banca española.
Los países de la zona euro mantuvieron una reunión el lunes en la que decidieron preparar "un plan de contingencia" por si Grecia sale del euro, informó una fuente europea. E incluso el ex primer ministro griego Lucas Papademos ha admitido la posibilidad de una salida de Grecia del euro y ha señalado que "hay preparativos" para ese escenario. En ese contexto, el ministero griego de Finanzas "desmintió categóricamente" los rumores según los cuales su Gobierno habría pedido a los miembros de la zona euro que se preparen para un escenario así.
Caídas en los parqués
Los griegos están convocados por segunda vez a las urnas el 17 de junio, después que las primeras elecciones celebradas el 6 de mayo no permitieron a ninguna formación obtener una mayoría para gobernar. Las principales Bolsas europeas se hundieron por las dudas sobre Grecia. La Bolsa de Londres perdió 2,53,%, Fránfort 2,33% y París 2.33%, pero la peor parte se la llevaron Milán, que cedió 3,68%, y Madrid, que se dejó 3,31% para cerrar a 6.440,5 puntos, su mínimo desde el 27 de mayo de 2003.
Ante la incertidumbre, Hollande y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, han insistido, en la reunión en París, sobre la necesidad de que Grecia permanezca en la zona euro. "Haré todo lo posible desde mi posición para convencer a los griegos de que sigan en la zona (euro) y también todo lo posible para convencer a los europeos que todavía tengan dudas", dijo Hollande.
Los debates estarán consagrados además a la falta de solvencia y credibilidad de la banca en España, y su impacto inmediato en la cotización de la deuda de ese país, cuarta economía de la Eurozona. Rajoy ha reiterado en París que España no tiene intención de acudir a fondos europeos para el saneamiento del sistema bancario
A cambio, el mandatario buscará convencer a sus socios de una mayor intervención del Banco Central Europeo (BCE) para que inyecte más liquidez y compre deuda de los países que cumplen con la austeridad en los mercados. "Europa tiene que dar respuesta, está obligada a hacerlo, porque no podemos vivir así durante mucho tiempo, con unos diferenciales a la hora de financiarse tan grandes", dijo Rajoy.