El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, en una imagen de archivo. :: ÁLVARO CABRERA
ANDALUCÍA

Chamizo alerta del fenómeno de niños que no aceptan «límites materiales» y maltratan

El Defensor del Menor afirma que se debe a la crisis económica y que el número de quejas se ha incrementado

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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El Defensor del Menor de Andalucía, José Chamizo, alertó ayer de que la crisis económica actual está haciendo surgir un grupo nuevo de menores maltratadores, aquellos que «no aceptan las limitaciones de bienes materiales impuestas por las familias», una situación de la que advirtió tras la entrega al presidente del Parlamento andaluz, Manuel Gracia, de su informe correspondiente a 2011, un acto que tuvo lugar ayer lunes en la sede de la Cámara autonómica.

Así, el defensor explicó que este cuarto tipo de menores se une a los tres ya existentes, «menores que infringen maltrato a sus padres por algún tipo de adicción; aquellos que los hacen por trastornos de conducta; y los que son violentos como consecuencia de una educación permisiva», una situación «que nos preocupa mucho y sobre la que venimos dando la voz de alarma desde hace años», señaló Chamizo, quien dijo que «hay muchas llamadas al Defensor del Menor alertando sobre este cuarto tipo de violencia intrafamiliar».

Según algunos datos del citado informe, la población menor de 18 años en Andalucía alcanza 1.648.650, de los que 118.906 son menores extranjeros. Dentro del Sistema de Protección de Menores hay 6.299 tutelas, 120 guardas, 2.795 menores en acogimiento residencial, y 705 en acogimiento familiar. Además, las actuaciones judiciales en menores ascienden a 7.628, mientras que los chicos en tratamiento para el abandono de drogas o algún tipo de alcoholemia llegan a los 633, de los que un 26,3% de entre 14 y 15 años «consume alcohol los fines de semana, y solo un 1,3% todos los días». Por su parte, los que entre los 16 y 17 años toman alcohol los fines de semana representan el 48,8%, y el 3,8% los que lo hacen todos los días.

Expedientes tramitados

Además, el número de expedientes tramitados en 2011 se elevó a 1.376, de los cuales 1.298 fueron promovidos a instancia de parte y 78 de oficio por la institución. «Asistimos así a un incremento del número de quejas respecto del ejercicio anterior, que ascendió a 964», expuso Chamizo. Las provincias desde las que se han presentado mayor número de quejas son Málaga, con 307; Sevilla, con 257, y Cádiz, con 161. Les siguen Granada, con 77, y Córdoba, con 65. Por su parte, fueron Huelva, Almería y Jaén las provincias con menor número de quejas, con 39, 31 y 30 respectivamente. El resto hasta completar la totalidad de las 1.376 provienen de ciudades y provincias fuera de la comunidad autónoma de Andalucía.

Esta evolución ascendente se manifiesta también en el Servicio del Teléfono, que en el presente ejercicio ha atendido un total de 736 consultas frente a las 682 del año anterior. Según Chamizo, el informe de 2011 hace hincapié en la incidencia de la crisis en la atención a los menores, «puesto que las dificultades están aumentando la exclusión y la marginalidad de determinadas familias y desdibujando las fronteras de la pobreza, extendiéndola hacia las clases medias». En este sentido, el defensor se mostró «preocupado» por «los problemas financieros de las administraciones y los fondos que se invertían en prevención de menores en riesgo social», y resaltó aquellos extutelados que «salen de centros de acogida, y encuentran numerosas dificultades para encontrar trabajo».

Al hilo de lo anterior, Chamizo recordó a los poderes públicos que «están obligados, aun en tiempo de crisis, a prestar una protección especial a la infancia. De ahí que, a pesar de las limitaciones, recortes y contención del gasto público, debamos demandar a dichos poderes que promuevan e incrementen cuantas medidas y actuaciones sean necesarias para combatir el impacto de la crisis y sus efectos en las personas menores», al tiempo que demandó la elaboración de un plan andaluz contra la pobreza que «establezca acciones específicas y eficaces para reducir y ayudar a los niños que en nuestra comunidad viven o puedan vivir por debajo del umbral de la pobreza».