La estupenda
Actualizado:Cuando las mujeres tienen poder se vuelven sospechosas. Y ya decía Margaret Thatcher que en cuanto a una se le dan las mismas opciones que a un hombre, ella se convierte en su superior. Maria Antònia Munar era sospechosa; ahora, procesada. Rosa Díez, otra árbitra de la democracia, siempre es sospechosa. Y estupenda. Se lo dijo Mariano Rajoy, harto de su inmodestia la semana pasada, unas horas antes de que partiera para Oviedo a poner orden: «Oyéndola a usted da la sensación de que todos somos muy malos, pero menos mal que la tenemos a usted, que es la única estupenda». Como, encima, es la mejor valorada en los sondeos del CIS (aunque ningún político llegue al cinco pelado), la lideresa de UPyD está de lo más crecida. Puede que sea una pelma mesiánica pero puede que le pase como a Roseanne Arnold: «Para ser igual que un hombre de Hollywood necesitaría que me hicieran una lobotomía». Cambiamos hombre de Hollywood por político español.