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El padre de Melissa Bassi llora en la misa de ayer en su memoria. :: CIRO FUSCO / EFE
MUNDO

El asesino de Brindisi apretó el botón de la bomba al paso de las víctimas

La Policía, que tiene un vídeo del atentado, descarta la Mafia y se inclina por la pista de un hombre aislado

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ
ROMA.Actualizado:

Hay un vídeo del monstruoso atentado en un instituto femenino de Brindisi, en el sur de Italia, donde el sábado murió una chica de 16 años, Melissa Bassi, y otras cinco resultaron heridas, una de ellas muy grave. Las imágenes no dejan dudas. No fueron tres bombas para asustar que debían estallar de noche pero se retrasaron por error: el asesino las accionó con un mando a distancia en el mismo lugar y apretó el botón cuando llegó un autobús de las alumnas. Ese hombre, de entre 50 y 55 años, que no parece extranjero, con chaqueta oscura, pantalón claro y zapatillas deportivas, vio a sus víctimas desde unos veinte metros y decidió que murieran al entrar a clase a las 7.45 horas. El móvil de la masacre, que podía haber sido peor minutos después con la llegada masiva de estudiantes, es un misterio. Pero la Fiscalía de Brindisi ya da prioridad a la tesis de «un hombre aislado». Cree «altamente improbable» que sea obra de la Mafia.

«Podría ser el gesto de una persona que se siente en guerra con el mundo, o que quiere crear tensiones sociales, con una ideología, no es imposible que haya actuado solo, pero no excluimos una raíz política ni que haya detrás otras personas», explicó ayer en rueda de prensa el fiscal de Brindisi, Marco Dinapoli. La mecánica del atentado indica que el autor es un experto en electrónica. «El artefacto no es particularmente complejo, pero no está al alcance de todos. Yo no sabría hacerlo», dijo el fiscal. En la noche de ayer fueron interrogadas dos personas, grabadas en las cámaras de la zona, pero fueron dejadas en libertad sin cargos. Uno de ellos es un exmilitar con conocimientos de electrónica y con familiares que tienen una tienda de bombonas de gas como las usadas en el atentado.

En las imágenes, captadas por dos cámaras de un quiosco y que tal vez se difundan próximamente, se ve al criminal que acciona el mando y se aleja. Sería un dispositivo que activa un sensor en los artefactos, que explotan ante el primer movimiento cercano. Habría sido encendido instantes antes del paso de las chicas. Es decir, parece descartarse también que el objetivo fuera alguien en particular. Las bombas eran tres bombonas de gas ocultas en un contenedor, colocado en la entrada del instituto, quizá poco antes del atentado. Aunque un testigo dice haber visto a un hombre que movía un contenedor a las dos de la mañana.

Amenazas al jefe de Estado

Brindisi está en pleno territorio de la Sacra Corona Unita (SCU), la Mafia de la región de Puglia, donde no se mueve una hoja sin su permiso, y a ella se dirigían las sospechas por eliminación, aunque magistrados y expertos ya habían mostrado sus dudas. Capos de la Sacra consultados por las autoridades en prisión habrían negado cualquier relación, según 'La Repubblica', y es más, si es así, la mafia local puede convertirse en un aliado de la investigación, pues es la primera interesada en aclararlo y despejar la zona de policías.

Algunas coincidencias, como el nombre del centro, dedicado al juez Falcone y su mujer, el gran enemigo de Cosa Nostra, apuntaban a la Mafia. Pero pensando de forma maquiavélica, que suele funcionar en Italia, se podía sospechar que alguien quería hacer creer en la pista mafiosa. Del mismo modo, puede tratarse de delincuencia local al servicio de otros intereses, desde mensajes políticos a la célebre 'estrategia de la tensión' de los años de plomo. También se ha conocido ahora una falsa bomba similar colocada cinco días antes en Castelvolturno, cerca de Nápoles, zona de la Camorra, ante otro instituto y con una confusa firma terrorista con amenazas al jefe de Estado. Lo cierto es que no se entiende nada, pero en Italia todo es posible. Por eso el país está muy atemorizado.

El funeral de Melissa Bassi será hoy a las 16.30 horas en su pueblo, Mesagne, y está previsto que asista el primer ministro, Mario Monti, que adelantó ayer su regreso de Estados Unidos, donde ha asistido a la cumbre del G-8.