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Economia

Rajoy reclama que otros países europeos también examinen a su sector bancario

El presidente del Gobierno ironiza con que Hollande «no sabe cómo están los bancos españoles»

M. ONDARRETA / A. ESTRADA
CHICAGO / MADRID.Actualizado:

Con el recrudecimiento de la crisis del euro, España vuelve a estar en boca de todos. Y su sistema financiero también. Pero, en Chicago, el Gobierno y la banca española han recibido un espaldarazo importante. En su reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, esta alabó «el ejercicio de transparencia» del sistema financiero español. Apoyándose en este aval, el presidente español ha instado a otros países europeos a seguir el ejemplo español y examinar sus entidades. «Sería muy positivo que se hiciera en otros países de la UE», subrayó Rajoy. El mandatario español debía de tener ganas de decir esto. Máxime después de las palabras del presidente francés, François Hollande, que consideró «deseable» la recapitalización de la banca española y que probablemente sería necesario que se utilizaran los fondos europeos. Era poner sobre la mesa un rescate a la banca. Ayer, fue el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, el que salió a rectificarle. Un día antes lo había hecho el ministro de Economía, Luis de Guindos.

A su llegada a Chicago para participar en la cumbre de la OTAN, Rajoy fue explícito: «No creo que el señor Hollande haya dicho eso porque, lógicamente, el señor Hollande no sabe cómo están los bancos españoles» e ironizó con que «si lo dijo es porque tiene algunos datos que los demás no tenemos». El presidente del Gobierno recordó que se ha encargado una valoración a dos expertos independientes de los activos de la banca ya que solo se tienen los datos del Banco de España, lo que es volver a poner en tela de juicio la actuación del supervisor bancario.

En todo caso, Rajoy descartó que se vaya a acudir a los fondos europeos para sanear a la banca española. El Ministerio de Economía ha negado varias veces que se vaya a recurrir al rescate europeo para la banca y ha asegurado que, si son necesarias ayudas públicas, el Tesoro dispone de fondos suficientes para ello. Esta resistencia a pedir ayuda a Europa se explica porque el Fondo de Estabilidad Europea Financiera (FEEF) está diseñado para ayudar a los estados, no a los bancos. Pedir dinero al fondo sería interpretado como un rescate de España, lo que conllevaría una vigilancia especial y medidas mucho más restrictivas, como ocurre en Grecia. Precisamente, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, planteó hace semanas que los fondos europeos pudieran recapitalizar la banca de cualquier país europeo «sin que se tengan que canalizar a través de los estados».

Las entidades financieras española, sobre todo las cajas de ahorros, han utilizado desde ayudas públicas por 146.000 millones, según la Comisión Europea, que no incluye 2011. Bien es cierto que la mayoría de ese dinero se instrumentó en forma de avales para emitir deuda y que las inyecciones de capital del Fondo de Reestructuración Ordenada bancaria (FROB) fueron préstamos al 7,75% de interés.

El saneamiento bancario se ha convertido en la máxima prioridad, junto con el control del déficit, para acabar con las dudas de los mercados sobre la economía española. Con la prima de riesgo rozando los 500 puntos, lo que encarece significativamente la financiación tanto pública como privada, y las enormes dificultades de los gobiernos autonómicos y de muchas empresas para poder obtener financiación externa, la necesidad de relajar las tensiones en los mercados es perentoria.

Eso buscaba el Gobierno de Rajoy con su segundo decreto de reforma financiera, que endurece las provisiones para los activos inmobiliarios sanos desde el 7% hasta el 30%, lo que supone unas exigencias adicionales a la banca de unos 28.000 millones. Además de la auditoría externa y de obligar a todas las entidades a traspasar sus activos inmobiliarios problemáticos a otras sociedades. Entretanto ha tenido que nacionalizar Bankia para capitalizarla. Antes se habían nacionalizado Unim, NCG Banco y CatalunyaCaixa.

Habrá ayudas públicas. Pero, según De Guindos, «no superarán los 15.000 millones de euros» y no tendrán coste para el contribuyente porque serán préstamos al 10% de interés. No todos hacen las mismas cuentas. Fitch habla de ayudas por 35.000 millones y Morgan Stanley las sube a 50.000 millones.