Un calvario difícil de demostrar
Los enfermos se quejan de la falta de comprensión ante una dolencia que se caracteriza por una fatiga extrema Nueve de cada diez enfermos de fibromialgia están sin diagnosticar
MADRID. Actualizado: GuardarMucho dolor, cansancio extremo, músculos agarrotados, calambres en las piernas y mucha incomprensión. Son algunas de las características de una enfermedad, la fibriomialgia, que afecta a más de dos millones de personas en España y que angustia a asociaciones de afectados, médicos y jueces. A los primeros, por la incomprensión ante una dolencia que no se ve como otras patologías; a los segundos, porque buscan el origen concreto de esta enfermedad, achacable a factores más neuronales que físicos; y los terceros, porque están en la tesitura de conceder o no una invalidez a estas personas. «Es difícil porque la fibriomialgia no es como una hernia, que se ve en una radiografía», reconoce Olga Río, abogada que ha tramitado innumerables casos de este tipo. «No es lo mismo que ir con otras patologías más objetivables desde un punto de vista jurídico y médico», añade.
Los enfermos de fibriomialgia, según una encuesta de la Sociedad Española de Neurología (SEN), tiene problemas de insomnio (93%), problemas de concentración (89%), parestesias (86%) y cefaleas (80%). Unos síntomas que son complicados de demostrar ante los tribunales. «Una incapacidad permanente no se da por una patología sino por cómo afectan a su capacidad residual para trabajar. Por eso hay que analizar cada persona, cada caso, para decidir qué hacer. La subjetividad afecta y ahora, con la crisis, puede que el listón se ponga muy alto», señala Río, quien critica «el retraso o la paralización» de estos casos. «Si bien el grado de afectación varía en cada caso, se estima que el 48% de los pacientes de fibromialgia tienen una incapacidad moderada o severa y un 10% incapacidad muy severa», comenta el doctor José María Gómez Argüelles, coordinador del comité para el estudio de esta patología en la SEN.
«Lo que sí está claro es que los pacientes con fibromialgia tienen una peor función de sus capacidades físicas, pasan más días en la cama y pierden más días de trabajo -un 20% afirma no poder ir a trabajar nunca o solo algunos días-, lo que supone un gran impacto familiar, social y laboral», añade el galeno. Investigadores del hospital madrileño Gregorio Marañón fueron más allá. Aseguraron en un artículo publicado en la revista Rheumatology International que dos tercios de los enfermos con fibromialgia causan baja laboral al menos una vez al año, y un tercio de estos pacientes debe abandonar su trabajo definitivamente. «Al eliminar la actividad laboral, se reducen las capacidades físicas del paciente y además le supone un gran golpe psicológico, puesto que el enfermo deja de sentirse útil», según los autores de esta investigación, realizada a 301 pacientes de 15 centros españoles y publicada en noviembre del año pasado. El doctor Joaquim Fernández, internista del Clinic de Barcelona, cree que el 80% de los pacientes se ven incapacitados para realizar su trabajo su actividad laboral en los cinco primeros años desde la aparición de la enfermedad. Además, los enfermos de fibromialgia se siente desganados para volver a sus puestos de trabajo después de un periodo de baja. Por eso, en la conferencia internacional de Síndrome de Fatiga Crónica celebrada en Ottawa en 2011 se pidió a los empresarios y autoridades que tomaran las medidas oportunas para favorecer esta reinserción laboral.
No obstante, se trata todavía de una enfermedad desconocida para los propios sufridores de la misma. Se calcula que nueve de cada diez personas que sufren esta enfermedad están sin tratar, según la SEN. Las causas por las que se desarrolla la fibromialgia tampoco están claras. El estrés, la ansiedad, la depresión, los traumatismos, la poca calidad del sueño, infecciones o padecer una enfermedad reumática o neurológica previa son algunas de las causas. Además, es una patología que se da con mucha más frecuencia en mujeres entre los 40 y los 60 años, «debido al rol clásico que ha tenido en nuestra sociedad», indica Mayte Ramos, presidenta de la Asociación de Fibromialgia de Madrid (Afibrom). Sin embargo, destaca Ramos, cada vez hay más casos que se están produciendo entre jóvenes y hombres debido a cambio clásico de ese rol y a la proliferación del estrés y a otros efectos como la exposición a tóxicos o sustancias químicas.