Nervios en azul y amarillo

Hoy es el día para ir todos a una. Llega uno de los momentos de verdad importantes, divertidos, del fútbol, y hay que disfrutarlo. Con la que nos está cayendo encima en forma de recortes, desempleo o primas de riesgo, bien nos va a venir a todos desconectar por un día y centrarnos en el azul y el amarillo. El Cádiz se juega el ascenso y eso es muy serio. Palabras mayores. Más allá de que todos estemos más o menos cansados de la gestión de Antonio Muñoz, más allá de que todos sepamos que Quique Pina ‘amará’ al Cádiz siempre y cuando le reporte beneficios económicos, más allá de que llevamos demasiados palos en demasiado poco tiempo... más allá de todo eso, el Cádiz se la juega en dos partidos. Y hay que ir a muerte.

La afición, razonablemente cansada, ha respondido esta semana como en sus mejores tiempos. La liguilla es la liguilla. Aunque ya no sea liguilla. Da lo mismo. Colas en las taquillas y ambiente de nerviosismo en los bares, en la playa, en los trabajos. Fútbol en estado puro, que es de lo que se trata. Ahora que Jose González decida lo que sea mejor para todos. Que juegue Akinsola arriba si cree que estos del Madrid Castilla van a dejar espacios o que lo haga Juanjo si prefiere a un rematador puro. Que Ikechi corra como nunca lo ha hecho y que Yuste se adueñe del centro del campo como ya le hemos visto hacerlo en no pocos partidos. Que Aulestia siga tan seguro como hasta ahora. Que Óscar Pérez lo vea claro. Que Cases se destape por fin como el gran jugador de calidad que nos han dicho que es. Que Ferreiro meta tres o cuatro centros buenos de los suyos. Que corra la pelota. Que el árbitro ni nos dé ni nos quite. Que Fondo Sur ruja como siempre lo ha hecho. Que Fondo Norte le conteste. Que no llueva. Que nos adelantemos pronto en el marcador. Que no nos marquen.

Ojalá todo esto pase esta tarde. Porque el cadismo se lo merece. Cádiz se lo merece. Nos lo merecemos. Ya está bien de sufrir. Que podamos disfrutar de esto. Que lleguen ya las ocho de la tarde.