'Amor', la película más terrible y elegante de Haneke
El director austriaco recupera a Jean-Louis Trintignant y a Emmanuelle Riva para que interpreten a un matrimonio octogenario
CANNESActualizado:El gran auditorio Lumière de Cannes, con capacidad para más de 3.000 personas, había agotado su aforo desde las ocho de la mañana. El motivo es el estreno mundial de 'Amor', la nueva película del austriaco Michael Haneke (Palma de Oro de Cannes con 'La cinta blanca'), a las ocho y media de la mañana. Y los asistentes a este privilegio han salido satisfechos, con un doble aplauso tras la proyección. Y eso que 'Amor' no es precisamente una película romántica y en ningún momento se pronuncia la palabra amor.
Protagonizada por los veteranos Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, y con Isabelle Huppert, actriz fetiche del director, como tercer personaje, la película sigue a George y Anne, un matrimonio de octogenarios, con un elevado nivel de vida, profesores de música retirados, que viven en un amplio piso de París. Su hija, también dedicada a la música, vive en el extranjero con su marido y sus hijos. Una mañana, mientras desayunan, Anne se queda como ausente, y poco después ya no coordina sus movimientos. Ha sufrido un infarto cerebral que la dejará postrada en una silla de ruedas y con medio cuerpo paralizado. Será George quién se tenga que ocupar por completo de ella: lavarla, vestirla, colocarla en la silla de ruedas, partirle la comida para que pueda comer solo con la mano izquieda... Un trabajo agotador que someterá la relación de pareja a una dura prueba.
«No escribo películas para demostrar nada. Cuando se llega a cierta edad, el sufrimiento inevitablemente te conmueve. Es todo lo que quiero mostrar, no hay nada más. Por eso el rodaje se hizo en un apartamento. No quería entrar en una habitación de hospital, para hacer algo que el público ha visto una y otra vez. No había que cambiar nada. Finalmente, estoy muy contento de haber hecho una película simple», ha dicho Haneke, que ha asegurado que aquí "he trabajado las emociones". Haneke habla del fin del amor, cuando la vida se acaba: "El sufrimiento unido a la persona a la que amamos es una situación a la que todos nos tenemos que enfrentar en un momento u otro de la vida". El escritor y cineasta ha escrito la historia especialmente para Jean-Louis Trintignant: «Hace mucho tiempo que no hacía películas. No quería hacer cine y ya sólo me dedico al teatro, que me gusta mucho", ha dicho Trintignant, añadiendo "Acepté el papel sólo porque fue Haneke, uno de los mejores directores del mundo, quien me lo propuso. `Pero ya no haré más! Creo que soy mejor en teatro que en cine porque en el teatro no me veo. En esta película, sin embargo, por primera vez me dio gusto verme».
Sin embargo, Haneke no pensó en Emmanuelle Riva hasta que no tuvo acabado el guión: "La conocía solo por 'Hiroshima mon amour', una película que me marcó profundamente, pero no había seguido su trayectoria. Su imagen me vino cuando buscaba a una actriz que pudiese darle la réplica a Trintignant. Es un papel que podría haber sido para Annie Girardot en otro tiempo, Quedé con Emmanuelle en un restaurante y en seguida estuvimos de acuerdo". Haneke reconoció que ya no da el guión a los actores para que lo lean antes de cada rodaje: "Solo lo hice una vez en televisión. Si le hubiese dado el guión de 'La pianista' a Isabelle Huppert me habría dicho que no, y en revancha, cuando le ofrecí 'Funny Games', me dijo que no". De esta manera los actores no han conocido todos los detalles de la trama hasta que la película ha estado acabada. "Para un actor es más difícil ver una película que hacer su trabajo. Un filme, como espectador te puede tocar, pero un actor no puede permitírselo porque debe estar concentrado en su trabajo", afirma Haneke
Dolor, sufrimiento, compasión
'Amor' es una película dura, nada extraño firmándola Haneke, pero también la más humana de su trayectoria. Habla de la ternura, del dolor, de la enfermedad, del sufrimiento y de la compasión. Y habla de la muerte de una manera realista y poética, con dos personas que se van del lugar donde estaban. Y todo ello rodado con un clasicismo narrativo de primera fila. Aquí no hay cámara en mano ni planos imposibles a los que tan aficioados son tantos directores primerizos. Bellísimos travellings y movimientos de cámara, una fotografía muy cuidada y una ambientación exquisita. Así, aunque prácticamente la cámara no sale (salvo en la apertura) de las paredes del apartamento, no cansa en ningún momento y se sigue con pasión. Hasta el momento, lo mejor visto en estos primeros cinco días de festival.
Y como complemento, otra dura y cuidada película sobre la familia, 'La caza' ('Jagten') del danés Thomas Vinterberg, cofundador del Dorma 95 y director de 'Celebración' o 'Submarino', que habla de la fría sociedad danesa, a través de como una mentira va creciendo hasta destrozar la vida de un hombre. Tras un divorcio difícil, un hombre de cuarenta años, ha encontrado una nueva novia, un nuevo trabajo y se dispone a reconstruir su relación con su hijo adolescente en el pequeño pueblo en el que vive. Pero algo va mal. Una mentira fortuita dicha por una niña, toda inocencia, que no es capaz de calibrar las consecuencias de sus palabras. Y mientras la nieve comienza a caer y las luces de Navidad se iluminan, la mentira se extiende como un virus invisible. El estupor y la desconfianza se propagan y la pequeña comunidad se sumerge en la historia colectiva, obligando a Lucas a luchar por salvar su vida y su dignidad. Una excelente película con una historia que habla de prejuicios, insolidaridad e instintos primitivos, bajo las festividades religiosas de la Navidad en una sociedad calvinista, en la que nadie hace nada por su vecino.
La decepción de la jornada ha sido el 'Dracula 3D', del italiano Darío Argento, una coproducción italo-española (el coproductor y coguionista es Enrique Cerezo) que ha provocado al abandono masivo de espectadores. Protagonizada por Asia Argento (la bella hija del director), Thomas Kretscmann, el holandés Rutges Hauer y el español Unax Ugalde, la película no aporta nada nuevo a la famosa historia de Bram Stoker, salvo el tener que soportar las molestas gafas de 3D que lo único que hacen es quitar luminosidad a una película.