Historias curiosas

El pingüino fugitivo, vivito y coleando

Su huida del acuario de Tokio lo convirtió en un fenómeno en las redes sociales, pero pocos confiaban en que pudiera sobrevivir. Dos meses después se le ha visto sano y, sobre todo, libre

MADRID Actualizado: Guardar
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Quizá se cansara de estar todo el día sobre una roca o de la comida o quizá de la compañía: otros 134 pingüinos calcados a él. En el acuario de Tokio nada ha sido igual desde que 337 (jamás ha llegado a tener un nombre) decidiera un día echarle valor a un muro de cuatro metros y, tras él, a un cerco de alambre de espino para esfumarse en la bahía. Nadie apostaba demasiado por la pequeña ave, de la especie Humboldt, apenas una cría de meses de la que se desconocía aún si era hembra o macho. La temperatura cálida del agua, la suciedad e incluso los niveles de radiación hacían temer por su vida. Ahora, unas imágenes en las que se le identifica por la anilla que lleva en su aleta demuestran que 337 sigue sano, salvo y libre. Los dos meses de libertad no han hecho mella en él y parece que los peces de la bahía le han servido de formidable sustento. Un vídeo tomado por los guardacostas desde el puente Rainbow de Tokio lo muestran retozando y en espléndida forma.

La última vez que los responsables del acuario pudieron reconocerlo con tanta claridad fue en un mail que recibieron a principios de marzo del director de un zoológico vecino. Ni siquiera se habían percatado de la ausencia de 337 hasta que vieron aquella foto. Se había escapado, pero, ¿cómo?. Acto seguido, hicieron un llamamiento a la colaboración ciudadana. Cualquier aviso de avistamiento sería bienvenido, pero muchos de los que llegaron eran demasiado remotos para creer que el pingüino hubiera llegado tan lejos. Ahora el vídeo demuestra que apenas se ha movido de la zona y que su aventura continúa.

El tema no ha pasado desapercibido para las redes sociales. Si su huida lo convirtió en un fenómeno en Twitter, su reaparición no ha sido menos. "Tommy Lee Jones ya se está apuntando el tanto" (@simonwoodwrites ). "Es la historia de un superhéroe” (@laratweeting). “En unos años, no me sorprenderé si escucho hablar de un pingüino mutante gigante destruyendo Tokio” (@67an). "La última vez que se le vio gritaba: ‘¡No soy un número!’" (@nexusindivulsus). De momento, 337 sigue a la fuga.