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Montoro y la consejera andaluza, Carmen Martínez Aguayo. :: J. M. / EFE
ESPAÑA

Asturias, única comunidad que suspende el examen

El nuevo Ejecutivo de Javier Fernández tendrá que presentar a contrarreloj un ajuste de 616 millones

C. CALVAR / P. DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

No fue una reunión fácil, pero pese a los malos augurios de los últimos días el Consejo de Política Fiscal y Financiera se saldó con un único suspenso, el de Asturias. El Principado, regido aún por el Ejecutivo en funciones de Francisco Álvarez Cascos, tendrá que presentar un nuevo plan de ajuste en 15 días y no está precisamente en la situación más halagüeña para lograrlo. En los próximos días tendrá que materializarse el acuerdo político alcanzado por PSOE, IU y UPyD y la primera misión del futuro presidente, el socialista Javier Fernández, será hacerse cargo de unas cuentas que, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, resultan «insuficientes».

El ministro insistió en el mismo mensaje que ya había adelantado en vísperas de esta cumbre autonómica considerada clave para lanzar un mensaje de credibilidad en el exterior: que no esperará a nadie ni atenderá a razones de coyuntura política. Es decir, que si Fernández no cumple los plazos previstos se aplicará la recién aprobada ley de Estabilidad Presupuestaria con todo rigor y sin miramientos.

Según esta norma, pasado un mes sin que una comunidad presente una propuesta satisfactoria, el Estado podrá aplicar sanciones económicas y si el incumplimiento se mantiene a los seis meses se podrán intervenir sus cuentas. «No descartamos tener que recurrir a la ley, eso lo tiene que tener claro todo el mundo», remarcó al término de la reunión. El ajuste que, según los cálculos de Hacienda, debe acometer Asturias asciende a 616 millones. Y el nuevo Gobierno tendrá en la práctica apenas diez días para dar con la fórmula que le permita alcanzar esa cifra, porque la elección de Fernández está prevista para el próximo 22 de marzo. El plan tendrá que ser entonces remitido al ministerio y después se analizará en el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera previsto, finalmente, para mediados de junio.

No cabe esperar, en todo caso, rebeldías. Ni siquiera Andalucía, que se ha erigido en la más potente plataforma de oposición socialista frente al Gobierno de Mariano Rajoy, osó, a la postre, contradecir al Ejecutivo. Su consejera, Carmen Martínez Aguayo, defendió que la Junta optó por «un ejercicio de responsabilidad» consciente de que España atraviesa por una situación de gran dificultad. Sin embargo, el tira y afloja fue intenso.

El propio secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, explicó que durante toda la mañana se produjo un intento de alcanzar un acuerdo sin éxito. Solo en el último momento, tras una reunión calificada de «tensa» por Aguayo entre técnicos del Ministerio y de la Consejería, pudieron «sustanciarse las discrepancias». Las desavenencias tienen cifras: 503 millones.

Acuerdo político

El eje del desacuerdo estaba, en todo caso, en que Andalucía había contabilizado como ingresos una partida adicional de 300 millones de fondos europeos que Hacienda no contempla. ¿La solución? Un acuerdo de no disponibilidad por esa misma cantidad detallado, partida a partida. Si finalmente es la autonomía la que tiene razón, apuntan fuentes del Gobierno, se podrán ir liberando recursos. El ministerio cree, por otro lado, que es posible que los fondos extra de Europa alcancen los 203 millones restantes. «Finalmente, ha presentado un plan completamente merecedor de ser aprobado», zanjó Montoro tras la reunión.

Cataluña también mostró su lado más conciliador. De hecho, Beteta dio por descontado que no recibirá los 283 millones que el Gobierno de Artur Mas reclama por la aplicación del Estatut y explicó que su plan de ajuste contempla una enajenación de activos, fundamentalmente inmuebles, por ese mismo importe.

El resultado fue pues, con la salvedad asturiana, «satisfactorio» para el Gobierno. Ahora bien, el ministro dejó claro que no espera una reacción inmediata en los mercados. «Ya convenceremos paso a paso», señaló resignado. «Todas estas reformas están aumentando la capacidad de financiación; el resultado no se verá en las horas siguientes pero vamos a ganar fiabiliad igual que hicimos en los 90», prometió.