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Economia

La UE afronta las críticas de EE UU por su ineficacia para frenar la sangría

Obama teme que la crisis en sus socios europeos afecte de lleno a las factorías norteamericanas

I. CASTRO
BRUSELAS.Actualizado:

La UE se enfrenta a un fin de semana de reproches y presiones de sus grandes aliados por su incapacidad para finiquitar la crisis de la deuda. Las principales economías de la zona euro, Alemania, Francia e Italia, deberán explicarse hoy y mañana ante el resto de socios del G-8 en una nueva cumbre marcada por las convulsiones en Europa. EE UU, que ejerce de anfitrión, sermoneará especialmente a Berlín y le recordará la necesidad de combinar de forma equilibrada austeridad y crecimiento. Con las elecciones de noviembre en el horizonte, Barack Obama meterá prisa al Viejo Continente para que encauce una situación que amenaza con entorcepecer la recuperación mundial y hasta su reelección.

Los miembros del G-8, el club que agrupa a las economías más avanzadas, se reunirán en Camp David. Obama recibirá en la residencia de descanso presidencial, ubicada a menos de 100 kilómetros de Washington, a los líderes de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón, Canadá y Rusia. Los dos presidentes de la UE, Herman van Rompuy y José Manuel Durao Barroso, también asistirán a una cita que se presenta movida. En Bruselas se daba por hecho estos días que los tres integrantes de la moneda única deberán remangarse para convencer a sus socios de que los esfuerzos van por buen camino. Todos ellos insistirán en que la reducción del déficit es fundamental.

Obama, sin embargo, parece decidido a repetir la cantinela que ha defendido desde el inicio de la crisis. El líder demócrata apostó desde su llegada a la Casa Blanca por una política más expansiva que ya ha empezado a dar sus frutos. En el primer trimestre del año, EE UU creció a un ritmo del 2,2% y el paro lleva varios meses en clara línea descendente. La recuperación económica, basada en buena medida en la fortaleza de las exportaciones, se ha convertido en su principal activo para la reelección y no quiere sorpresas. Europa es el mayor aliado comercial del gigante, lo que explica su preocupación por una crisis que podría afectar de lleno a las factorías locales.