Lecciones de vida y muerte en el colegio
El filme canadiense 'Profesor Lazhar' aterriza en España tras haber cosechado el aplauso de la crítica y el público
MADRID.Actualizado:Cuando en 2008 apareció en escena 'La clase', el exitoso film de Laurent Cantet, el director canadiense Philippe Falardeau estaba en plena escritura del guion de 'Profesor Lazhar'. «Recuerdo que entonces le dije a mi productor que dejáramos la película y él me respondió que no, que mi película no se iba a parecer en nada. Y es verdad: 'La clase' es mucho más cruda, se acerca más al documental, y yo asumo más la ficción», reconoce en Madrid el director de una de las películas pequeñas más reconocidas del año, verdadero 'sleeper' de público y crítica.
Su currículum no es corto: 'Profesor Lazhar' estuvo nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa, premio que le arrebató la favorita, 'Nader y Sirim'; pero antes había ganado el premio del público en el prestigioso festival de Locarno y el de mejor guion y el premio Fipresci en la Seminci de Valladolid. El próximo viernes llega a España, con un estreno masivo que confía en el encanto y la profundidad del filme para conquistar a todo tipo de público.
La película cuenta la historia del profesor Lazhar, un demandante de asilo político en Quebec que se hace pasar por maestro (profesión que tenía su mujer asesinada en Argelia) en la clase de unos chavales marcados por un trágico incidente: el suicidio de su profesora en plena clase. La película toca de manera sutil el tema de la inmigración y, sobre todo, la soledad de niños y adultos en el mundo contemporáneo.
Cine político
«Es cine político pero políticamente incorrecto», reconoce el director. «La educación es siempre un asunto político y creí que había una crítica que hacer sobre el sistema educativo», asegura. En efecto, en 'Profesor Lazhar' el principiante maestro Bachir se topa con un sistema empeñado en ocultar los sentimientos de los chicos, un sistema que trata de evitar el contacto entre adultos y niños, y que está dispuesto a relegar el crecimiento emocional de los alumnos en las manos frías de los especialistas. Las maneras poco ortodoxas de Bachir chocan con una realidad encorsetada. Como explica Falardeau: «Queriendo proteger a los niños de la muerte, los hemos separado de la vida».
Para el director, «no tocar a los niños se convirtió en una obsesión en América del Norte, y en principio se hizo por buenas razones, para evitar determinados abusos físicos, pero hemos ido demasiado lejos y en sentido contrario. Queriendo evitar cualquier tipo de drama hemos deshumanizado las relaciones en la escuela». En la película estamos en presencia de personajes que están solos. El inmigrante está solo, los niños están solos en su duelo y la directora del colegio está desprotegida y aislada.
La película está basada libremente en una obra de teatro de un solo personaje, 'Bashir Lazhar', de Evelyne de la Chenelière, que Philippe Falardeau transformó en una película coral sobre el miedo y la esperanza en el interior de una clase. En ella, la inmigración es el otro tema esencial, pero 'Profesor Lazhar' huye de todo tratamiento frontalmente social. En cambio, la película usa la mirada del inmigrante (la mirada de un hombre solo sobre una sociedad nueva) para acabar retratando a la sociedad receptora.
Finalmente, 'Profesor Lazhar', filme riquísimo en matices, es también una historia de amor del protagonista (interpretado con serenidad por el actor franco-argelino Mohamed Fellag) con su mujer fallecida, a la que se acerca asumiendo la profesión de ella.
«La clase es un laboratorio de la vida, allí se encuentran la vida, la muerte y el amor», dice Falardeau. Y todos las contradicciones y miedos de la sociedad moderna.