Strauss-Kahn pide un millón de dólares a la camarera del Sofitel
NUEVA YORK.Actualizado:En la recta final de las elecciones francesas, un frustrado Dominique Strauss-Kahn acusaba en la páginas de The Guardian al entorno del expresidente Nicolas Sarkozy de instigar el escándalo sexual que arruinó su carrera política. Su estado de ánimo no parecía el mejor mientras al otro lado del Atlántico un juez federal de Nueva York abría una causa civil contra el expresidente del FMI «para limpiar el honor» de Nafissatou Diallo, la camarera que lo acusó de violación hace un año. La respuesta del político galo a la decisión del magistrado Douglas McKeon no se ha hecho esperar: una contrademanda en la que reclama a la guineana un millón de dólares (785.000 euros) por acusaciones «falsas» y «difamación».
El poderoso equipo legal de DSK, que logró su excarcelación el pasado agosto después de que los fiscales hallaran importantes contradicciones en el testimonio de Diallo, vuelven a emplear la misma técnica que entonces y acusan a la camarera de «hacer consciente e intencionadamente un relato falso ante las fuerzas de la ley». Poco después de que ella entrara en la habitación, «Diallo y el señor Strauss-Kahn llevaron a cabo actos mutuamente consentidos», argumenta la demanda. «No hubo violencia, fuerza o coerción en su encuentro sexual, y la señorita Diallo no sufrió ninguna lesión», añade.
El exjefe del FMI busca daños por su encarcelamiento en la prisión de Rikers Island en Nueva York y un posterior arresto domiciliario en un lujoso apartamento de Manhattan. También por perder su puesto como director gerente en el FMI y por dañar su reputación. La contrademanda recupera algunas afirmaciones del fiscal Cyrus Vance, que desestimó la denuncia de Diallo por ser una testigo poco fiable, destacando los pasajes donde se especifica que la mujer mintió sobre su pasado y ofreció versiones contradictorias.
Uno de los abogados de Diallo, Douglas Wigdor, calificó ayer la acción como una maniobra desesperada. Se trata de «otro ejemplo que personifica la actitud misógina de Strauss-Kahn», señaló.