Expectación en Berlín por la primera visita de Hollande como presidente de Francia

Todos los ojos se dirigen hoy al encuentro entre los dos políticos llamados a convertirse en la pareja más importante del panorama europeo. Angela Merkel y François Hollande mantendrán a última hora del día una primera toma de contacto tras los muros de la Cancillería de Berlín. Desde el Gobierno alemán han querido rebajar las expectativas ante el encuentro y han dejado claro en todo momento que se trata solamente de una reunión para «conocerse» y que «no es un encuentro de toma de decisiones», algo que volvió a resaltar ayer su portavoz, Steffen Seibert.

La visita de Hollande, apenas unas horas después de su investidura como el segundo Presidente socialista en la historia de la V República francesa, es «una fuerte señal que demuestra la firmeza de la amistad franco-alemana con independencia de sus líderes políticos», resaltó Seibert.

Merkel recibirá con honores militares a su nuevo compañero de juego y después se retirarán para tener su primer intercambio de opiniones cara a cara. Sobre la mesa estará sin duda la crisis del euro y la política de austeridad. Merkel lleva semanas repitiendo que el pacto fiscal es innegociable y nada apunta a que dará su brazo a torcer.

Sin embargo, el Gobierno de Berlín está preparado para añadir un pacto de crecimiento para impulsar la economía en Europa. «Nosotros también queremos fortalecer el crecimiento. Trataremos con respeto a Hollande y escucharemos sus propuestas», explicó el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, en una entrevista publicada en el rotativo 'Welt am Sonntag'. Esto no significa un crecimiento a cualquier precio y Merkel ya ha dejado claro que no aceptará ningún acuerdo que aumente el gasto de los países. De momento, la atención se centra más que en qué dirán, en cómo se recibirán, si será con un beso o con un apretón de manos.