La acampada de Barcelona apura sus últimas horas

A diferencia de lo ocurrido hace un año, cuando la acampada de 'indignados' de Barcelona destacó por culpa de los incidentes que se produjeron en la plaza de Cataluña y sobre todo por el intento de asalto al Parlament, ahora parece que se han templado los ánimos y existe un interés general por que no haya altercados. Tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Consejería de Interior de la Generalitat se deshicieron ayer en elogios hacia el colectivo del 15M y, de paso, marcaron distancias con respecto a la actuación en Madrid del Ministerio del Interior.

Mostraron su convicción en que el centenar de personas que desde el sábado permanecen instaladas en tiendas de campaña en la céntrica explanada barcelonesa cogerán hoy sus bártulos y se marcharán a casa de forma pacífica. «Tengo la esperanza de que todo acabe como ha comenzado: una expresión de civismo y de comportamiento absolutamente impecable por parte de todos», dijo el responsable de Interior, Felip Puig.

Puig, que es el mismo consejero que el año pasado ordenó una intervención policial exprés en la plaza de Cataluña que se saldó con 120 heridos, considera que todas las partes han sacado lecciones con la experiencia y que para la presente acampada los Mossos d'Esquadra han logrado tener más canales de comunicación con los organizadores. «De momento los precedentes son muy buenos», dijo.