ESPAÑA

Rubalcaba busca un nuevo ideario

Los socialistas tienen previsto celebrar tres grandes conferencias hasta 2015 con contenido orgánico, político y económico Encomienda a Ramón Jáuregui la «revisión en profundidad» de los postulados del PSOE

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'Forjando el socialismo' fue el lema de un congreso clave para el PSOE. Felipe González consiguió, por fin, que el partido renunciara a definirse como marxista; paso clave para sintonizar con una sociedad en plena transformación. Corría el año 1979 y los socialistas venían de una sonada decepción electoral. Tres años más tarde, ganaron las elecciones y no volvieron a perder hasta pasados casi tres lustros. Ahora, el nuevo líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, planea otra «revisión en profundidad» de un proyecto que acusa ya un evidente desgaste.

El secretario general del PSOE ha encomendado al veterano Ramón Jáuregui el diseño de una abultada «agenda reformista profunda» para su debate en una gran Conferencia Política prevista, en principio, para finales de 2013. Su tarea consistirá en pensar cómo debe ser, a ojos del PSOE, la España de los próximos años. Y apenas dejará palo sin tocar.

«Las cosas han cambiado tanto desde el primer diseño del marco institucional y la sociedad es tan distinta que no podemos permanecer impasibles», dice el exministro de Presidencia, un político con alto prestigio interno que, sin embargo, quedó fuera del reparto de cargos orgánicos en el 38 Congreso celebrado en febrero como consecuencia de los siempre necesarios equilibrios territoriales.

A su juicio, ha llegado el momento de volver a «sacudir» al partido y acometer un proceso de modernización como ese que González encargó al hoy comisario europeo Joaquín Almunia en plena Transición. Aquello fue controvertido y nada fácil. En el camino, Felipe -que ahora apoya la iniciativa de Rubalcaba y colabora con Jáuregui- renunció a la secretaría general. Pero, a la postre, el órdago le salió bien.

El contexto, obviamente, no es el mismo. Rubalcaba no es un joven político que solo ha vivido en la dictadura y recoge el testigo de quienes vivieron en la clandestinidad. Sin embargo, existe, como entonces, la necesidad de conectar con un electorado que, 20-N al margen, hace tiempo que se distancia del que era su partido de referencia. La evolución del voto en las elecciones municipales es muy elocuente en este sentido. De hecho, algunos sociólogos consideran que las victorias de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y 2008 no fueron más que una «ilusión transitoria» de recuperación.

Con la idea de que será difícil sacar cabeza en el corto plazo y de que ya no valen actualizaciones parciales del discurso, el líder del PSOE ha puesto las luces largas. Su plan de reconstrucción va más allá del encargo a Jáuregui y se articulará en tres conferencias, de aquí a 2015: una orgánica, para decidir sobre los procedimientos de elección interna (primarias a la francesa, designación secretario general...), programada para el otoño; la política, a finales de 2013; y una última económica a final de 2014.

Vuelta de tuerca

El reto más ambicioso por su envergadura es, en todo caso, el que ya ha comenzado a preparar el antiguo líder de los socialistas vascos. Tendrá que volver a dar una vuelta de tuerca a las posiciones socialistas en asuntos tan relevantes como el del modelo de Estado y el funcionamiento de sus distintos poderes, sobre todo, el legislativo y el judicial; la organización territorial y los nacionalismos; la relación con la Iglesia; el papel de la Corona; la inmigración, la calidad de vida e incluso la soberanía nacional en el marco de la UE.

«Muchas cosas -advierte- van a necesitar reforma constitucional. Para 2015 vamos a tener una Constitución que no votó nadie que tenga menos de 55 años, un porcentaje muy amplio de la población». Entre las preguntas a las que pretende dar respuesta, una vez haya puesto en marcha diversos grupos de trabajo con expertos no afiliados en las distintas materias, estaría, por ejemplo, la de si realmente es necesario un sistema bicameral o se puede prescindir del Senado.

¿Debe el PSOE apostar por un sistema electoral distinto? ¿Es la monarquía parlamentaria la fórmula a defender? ¿Hay que romper los acuerdos con la Santa Sede? ¿Cuál es la respuesta a los anhelos de autodeterminación en el País Vasco y Cataluña? En la etapa de Zapatero ya se produjo una cierta actualización del ideario socialista (a juicio de la vieja guardia, con poco sosiego). Y sobre algunas de estas cuestiones Rubalcaba ya comenzó a perfilar posiciones en el último programa electoral. Pero, sobre otras, es aún muy cauto. Jáuregui sostiene que, precisamente por tratarse de temas sensibles, desea blindar sus trabajos de los focos mediáticos hasta que llegue el momento de la conferencia. «Hay que evitar moverse a golpe de iniciativa parlamentaria o de titular; esto es algo que va más allá», dice.

A la vuelta del verano quiere tener ya listos los equipos, formados por gente reputada ajena al partido y también por investigadores de fundaciones afines como Alternativas o Ideas, para a lo largo de un año analizar y elaborar propuestas que siempre, dice, se pasarán por un 'filtro' socialdemócrata.