EL ESPECTÁCULO DEL PSOE
Actualizado: GuardarSi el PSOE gaditano cotizara en bolsa sus acciones estarían por los suelos. No valdrían nada. Ha perdido el norte y lo que es peor aún, su credibilidad. La división entre pizarristas y renovadores o griñanistas, también llamados críticos, ha subido de grado esta semana hasta alcanzar la cota del esperpento. La imagen del partido está seriamente dañada por una pelea interna que dura ya demasiado tiempo y que nadie, al parecer, tiene interés en solucionar. El golpe de efecto que dieron los griñanistas en la Diputación de Cádiz el pasado jueves ha terminado por echar ácido inflamable a una herida que no se cerró en 2010, cuando José Antonio Griñán se hizo con las riendas del PSOE andaluz y trató en falso de renovar el partido en Cádiz borrando de un plumazo la estela de Manuel Chaves y Luis Pizarro. Aún recuerdo su primera visita a Cádiz como líder del socialismo andaluz, que vino invitado para inaugurar la nueva sede local de la calle Gaspar del Pino y ante lo más granado del PSOE provincial soltó aquella frase lapidaria de que «Cádiz es como Bosnia-Herzegovina», en clara alusión a las peleas internas del partido.
Desde entonces, los reproches y desplantes han sido una constante entre Cádiz y Sevilla hasta consolidar dos bandos que ni siquera se dirigen la palabra. Los renovadores se han saltado la disciplina de partido presentando un escrito ante la Diputación por el que nombran a la alcaldesa de Sanlúcar y ferviente líder de la corriente renovadora, Irene García, portavoz del Grupo Socialista en esta institución y lo hacen con el aval de la mayoría que tienen dentro del grupo: siete diputados renovadores frente a seis pizarristas. El movimiento ha dejado a Cabaña en fuera de juego y ha provocado una verdadera crisis de autoridad.
La estrategia de los renovadores tiene un claro fin. El próximo 14 de julio tendrá lugar el Congreso Provincial que designará a la nueva ejecutiva gaditana y al nuevo secretario o secretaria del partido en Cádiz. Está en juego la dirección del PSOE.Así, durante las próximas semanas veremos como pizarristas y griñanistas medirán de nuevo sus fuerzas en una guerra sin cuartel que tendrá lugar en las asambleas locales, de donde saldrán los delegados que acudirán tanto a este Congreso Provincial como al Congreso Regional, que se celebrará a primeros de julio en Almería.
Cádiz ya dio la nota en la elección de delegados al Congreso Federal de febrero en Sevilla, de donde salió victorioso Rubalcaba frente a Carme Chacón. En este caso también, la elección de los delegados gaditanos se convirtió en un pulso entre pizarristas y griñanistas.
Los socialistas presumen de ser una organización democrática donde, a diferencia del PP, que lava y guarda la ropa dentro de su casa, todos tienen derecho a opinar y a debatir. Pero la situación se ha ido de las manos en Cádiz. Todo apunta a una lucha por el poder de la organización y lo más desagradable: por lograr un sillón en la Administración regional. Parece que no les importa la crisis ni el paro. Queda muy lejos de su guerra.