ESTABA EQUIVOCADO
Actualizado:Cuando vinieron a buscar a los irlandeses, no hice nada, porque yo no soy irlandés. Cuando vinieron por los portugueses, no hice nada, porque yo no soy portugués. Y cuando vinieron a por mí, no había nadie para defenderme. Lo peor de la Historia es que no hemos aprendido nada de la Historia.
Lo peor es que haya tenido que hacerme violencia para pensar que las víctimas no pueden tener la culpa y la palabra clave es solidaridad. Hasta ayer pensaba como todos, que los griegos son unos necios, incapaces de formar Gobierno, que han sesteado y sestean y es hora de que paguen sus deudas. Pero no se puede culpar a nadie porque intente eludir la miseria. Ahora creo que hay que aflojar las manos del cuello de Grecia y que si los griegos no pueden es porque nadie ha dado un respiro a su situación. La democracia no consiste en votar una y otra vez, como se les exige, hasta lograr un Gobierno que admita la austeridad a muerte, a eso se le llama falsificar la voluntad popular. No comparto tus ideas pero moriría por tu derecho a expresarlas libremente. Lo más probable es que la nueva convocatoria de elecciones se convierta en un tirabuzón y el partido de la ultraizquierda Syriza mejore sustancialmente su posición. Los franceses lo hicieron, llevaron la contraria a la costumbre y al sistema. La ultraizquierda de Mélenchon y la ultraderecha de Le Pen arrastraron diez millones de votos. La crisis, con ayuda de la estupidez, está dinamitando a los partidos tradicionales. Sarkozy rompió la derecha tradicional en Francia y Berlusconi la destrozó en Italia. Versiones todas de un pretendido pucherazo contra el sistema, pero expresión de la realidad pura y dura y del deseo de los votantes.
Merkel no defiende los intereses europeos sino los de su electorado ultraconservador, decidido a no poner un euro más para salvar la moneda única. Acepto la recomendación de mis colegas convencidos de que hay que tomar aliento y entender a quienes no están dispuestos a votar por un mayor dolor y desempleo. Los que han cumplido su parte pagando sus impuestos tienen derecho a exigir otra contrapartida que la del hambre. Lo que para los griegos significa romper las condiciones para el rescate. ¿Quién garantiza que les irá mejor en la segunda vuelta? ¿Y quién, que si las cosas no van como quieren, no irán detrás España, Italia y Portugal? Si me quedaba alguna duda recobré la fe con unas afirmaciones del director de cine griego Constantine Giannaris y de la novelista alemana Juli Zeh, que comparan en 'The Guardian' la perspectiva de sus dos países.
Giannaris: «Lo que se ve causa horror, un tipo de escenas impensables en Londres o Berlín. Es cuarto mundo. La gente busca comida entre la basura y reina la prostitución. Es una crisis social fundamental y el colapso de las estructuras de la democracia parlamentaria».
Zeh: «Los alemanes no tienen ni idea de lo que ocurre en Grecia. Me asusta que no exista ningún sentimiento de solidaridad. Mis compatriotas no quieren comprender que nos beneficiamos de la crisis y de Europa. Dicen: os hemos prestado el dinero y tenéis que obedecer».