Fiebres amatorias

Rafael murió el 6 de abril de 1520, Viernes Santo, día de su 37 cumpleaños. Cuenta Vasari que sus excesos amatorios con Marggherita Luti, 'La Fornarina', le pasaron factura. La pobre medicina de la época trató sus fiebres amatorias con sangrías que lo condujeron a la tumba en unos días. Sus restos fueron llevados al Panteón de Agripa, en el corazón de Roma, donde permanecen. El funeral, presidido por la gigantesca 'Transfiguracion' recién acabada, fue grandioso y multitudinario. Su epitafio lo reivindica como una fuerza portentosa, capaz de superponerse a las de la naturaleza: «Aquí yace aquel famoso Rafael del cual la naturaleza temió ser conquistada mientras él vivió, y cuando murió, creyó morir con él».