Obama recoge en Hollywood los beneficios de su apoyo a la causa gay
La cena en casa de George Clooney, a 40.000 dólares por persona, batió récords de recaudación con 15 millones de dólares
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarUna impresionante puesta de sol sobre las montañas de San Gabriel recibió al Air Force One el jueves en el aeropuerto de Burbank de Los Ángeles, un día después de que Barack Obama se convirtiese en el primer presidente de EE UU en apoyar los matrimonios gays. Hollywood le esperaba rendido a sus pies. En palabras del humorista político de Daily Show, era «como ir a Israel después de matar a Hitler». La multitud agitaba banderitas por las calles y los niños aprovechaban para vender limonada «Gratis para el presidente». Pero las pancartas que más llamaron la atención tenían que ver con la noticia del día. «Nuestra familia gay le da las gracias».
Hasta su rival político se vio forzado a declarar que aunque se oponga a los matrimonios homosexuales está en favor de que esas parejas adopten. «Sé que hay muchos hogares con un solo padre», justificó Mitt Romney, incómodo con la difícil postura de complacer a sus bases de ultraderecha y a los independientes que necesita para ganar las elecciones. Obama le ha dado un golpe maestro entre estos y el codiciado voto femenino, que gracias al mundo de la moda y a la cultura televisiva de Will and Grace simpatiza más con los homosexuales.
En contraparte, el arriesgado movimiento del mandatario demócrata le costará votos en los estados de la América profunda donde ya tenía problemas entre la clase obrera blanca, a lo que ahora se sumará el descontento de las iglesias blancas y negras. Algunos creen que los primeros no iban a votarle en cualquier caso y los segundos no tienen una opción mejor, pero en lo que todos coinciden es en que ha logrado devolver la ilusión a sus bases. Entre los famosos que dicen habérselo perdonado todo destaca la editora de la revista Vogue Anna Wintour, según la cual en su redacción rodaron muchas lágrimas de emoción cuando se conoció la noticia.
Los 15 millones de dólares recaudados esa noche en casa de Clooney no tienen parangón en la historia de las recaudaciones de fondos presidenciales, aunque la venta de entradas se cerró la semana pasada cuando se acabó el espacio para más mesas. «No puedo llevarme el crédito de esto», confesó Obama. «Jeffrey Katzenberg (jefe de DreamWorks y organizador de la cena) puede llevarse alguno, pero seamos realistas: Hemos recaudado un montón de dinero porque todo el mundo adora a George».
Entre quienes le aplaudían estaban los actores Salma Hayek, Eddie Murphy y Robert Downy Jr., la cantante Barbra Streisand, el humorista Billy Crystal y la diseñadora Diane Von Furstenberg. «Tenemos aquí a Iron Man, Spiderman y Batman», bromeó Clooney. «Yo creo que esta noche los servicios secretos se podrían tomar la noche libre».
Además de dos mujeres que lo ganaron en una rifa, cada uno de los 150 invitados pagó 40.000 dólares por la cena en la que el chef Wolfgang Puck sirvió ensalada de alcachofas y pato pekinés, pero el plato fuerte era el presidente. Obama les prometió que pasaría por cada una de las 14 mesas instaladas en la cancha de baloncesto de Clooney y les dedicó casi cuatro horas, más de lo que nadie recuerda en ningún otro acto. Entre bromas y halagos, el mensaje era de urgencia.
«Esta vez va a ser más difícil», les advirtió. «No solo porque soy más viejo, tengo más canas y vuestros póster de la esperanza están desgastados. Lo del 2008 fue como atrapar un rayo en una botella. Eso no se puede replicar». La crisis económica y la parálisis de Washington agudizan el cinismo popular, pero Obama dice no estar dispuesto a dejar el trabajo a medias. «Tendremos que trabajar más», prometió.