Europa unida

Cuando oigo hablar a la clase política, no a todos, pero sí al grupo dispuesto a polemizar y no a reflexionar sobre el enmarañado proyecto de nuestra Europa unida, que no conocen, recuerdo a mi admirado escritor Madariaga y sus obras de ensayo, 'España' o 'El corazón de piedra verde'. Salvador de Madariaga, ínclito gallego para su pueblo y para toda España, que fue cofundador del Colegio de Europa, germen de la Sociedad de Naciones desde su exilio, nos insufló a todos y a los demás estados de Europa, la necesidad de nuestra unión. Una actitud que le hizo acreedor del codiciado galardón de Carlo Magno por su idea 'Berneriana' del viejo continente. Expuso en su obra un trabajo de titanes y debido a su gran entusiasmo, los grandes políticos de los estados de Europa lo nombraron en 1922 jefe del Departamento de Desarme de la Sociedad de Naciones. Sabía que los aspectos más complicados de éste, para algunos, enmarañado proyecto, consistía en el aspecto financiero y en la educación de estados oprimidos, que al eliminar sus fronteras, no estarían preparados para afrontar la libertad. La moneda única, que exigía una previa uniformidad de sueldos, jornales, salarios y precios de mercado para todos los productos regulados e igualados, era otro de los retos a asumir. El equilibrio de las economías es más difícil de practicar que de entender y la práctica de la solidaridad entre estados brilla por su ausencia en su conjunto, consecuencias de las nuevas generaciones de políticos, que no se parecen a los que pusieron los cimientos al fantástico proyecto que ahora parece tambalearse desde sus pilares.

Sería una lástima que después de todo lo conseguido hasta el presente se perdiese. Si sucede será porque no se valora en su justa medida, quizá por alejamiento de las buenas influencias y consecuentemente por ignorancia de la filosofía transmitida por aquel grupo de buenos europeos, al frente de los cuales como guía con los más nobles deseos para su nueva patria Europa, se encontraba Salvador de Madariaga y Roja.

«Que el viento de levante se lleve a los mangantes», se gritaba el año pasado en la manifestación del 15 de mayo. Este año parece que habrá viento de levante también, y desgraciadamente, muchos más mangantes destrozando nuestro país y el mundo, poniendo la economía financiera por encima de las personas. No es una crisis, es una estafa, y cada vez más gente se está dando cuenta.

Lo que no se entiende que un basurero sin oposición, tenga un salario de un profesor y no quiero desprestigiar la profesión, que es muy necesaria y laboriosa, no obstante, esos sueldos son excesivamente altos y por mucho compromiso anterior, la situación actual de crisis no es para exigir, todas las empresas están echando a trabajadores o bajándole el sueldo. Si tuviéramos poder realmente los ciudadanos con referéndum, hechabamos a media plantilla que quiere más dinero y metíamos a jóvenes parados gaditanos de forma rotatoria con unos exámenes de acceso a la profesión y no por enchufe o ser el hijo de otro trabajador...