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Miles de policías se rebelan contra la reforma de las pensiones de Cameron
Protestan en Londres junto a funcionarios de prisiones y catedráticos mientras el Ejecutivo se reafirma en su política de recorte del gasto
LONDRES. Actualizado: GuardarMiles de policías británicos mostraron músculo ayer al Gobierno británico en una multitudinaria jornada de protesta llevada a cabo en el centro de Londres contra la reforma de pensiones del sector público. A la manifestación, convocada por varios sindicatos y planteada como una huelga de 24 horas, se sumaron también funcionarios de prisiones, empleados sanitarios y profesores universitarios para incrementar la presión por la polémica propuesta que plantea ampliar la edad de jubilación a los empleados del Estado de los 65 a los 67 años para 2028, así como que ingresen más dinero a las arcas públicas y cobren menos una vez retirados.
Procedentes de distintos puntos de Inglaterra y Gales, los agentes -unos 20.000 y todos ellos fuera de servicio- se concentraron a las puertas del Parlamento tras recorrer las calles de la capital con gorras y pancartas en las que se podía leer 'Los recortes son criminales'. Para participar en la concentración se vieron obligados a pedir el día libre ya que desde 1919 se les prohíbe hacer huelga y por eso no podían vestir de uniforme.«Han reducido en un 20% el presupuesto de la Policía pero no solo eso; están traspasando muchos de los servicios que podríamos hacer nosotros a compañías privadas», aseguró Gary Sutton, inspector en la localidad de Kent.
La movilización de ayer es la tercera que tiene lugar desde el pasado junio y se produjo justo un día después de que el primer ministro, David Cameron, expresara su intención de someter a votación en la próximos meses la reforma en la Cámara baja. Preocupados por la inestabilidad que puede generarse en las prisiones, fuentes gubernamentales indicaron que el Ministerio de Justicia contempla tomar medidas legales para forzar al personal a volver al trabajo.
Herencia laborista
El Gobierno, no obstante, se mostró inflexible en su decisión de sacar adelante la reforma pese al múltiple rechazo. «Es muy decepcionante que un puñado de sindicatos insistan en llevar a cabo una huelga vana que no beneficiará a nadie», sostuvo el secretario del gabinete británico, Francis Maude, al tiempo que subrayó que «las negociaciones sobre las pensiones no se reabrirán». Maude argumentó además que la difícil situación fiscal heredada de los laboristas ha obligado al Ejecutivo de coalición -formado por conservadores y liberaldemócratas- a realizar recortes en todos los sectores. «Nuestras reformas aseguran que las pensiones del sector público sigan siendo las mejores y que puedan mantenerse en el futuro», defendió.
Las explicaciones del Ejecutivo siguen sin convencer a los sindicatos, que ayer recordaron que las movilizaciones dejan al descubierto el «alto nivel de descontento» que hay entre los trabajadores. «Nuestros afiliados creen que las autoridades atacan sus pensiones para ayudar a reducir el déficit presupuestario que ha sido provocado por la codicia de una elite de la City (en referencia a los banqueros). Esto es totalmente injusto», afirmó el secretario general del sindicato Unite, Gail Cartmail. Por su parte, la portavoz laborista de Interior, Yvette Cooper, sentenció que «el Gobierno va demasiado lejos y muy rápido; el alcance de estos recortes es muy perjudicial».