El Gobierno impone a la banca un drástico saneamiento de sus bienes inmobiliarios
La reforma financiera puede suponer una carga adicional que podría ascender a 32.000 millones
MADRIDActualizado:El Gobierno ha anunciado un plan de saneamiento de la banca que le impone provisiones adicionales por valor de 30.000 millones de euros y aislar sus activos inmobiliarios, problemáticos debido a la devaluación del mercado tras el estallido de la burbuja en 2008.
Las entidades bancarias españolas cargan con una losa de 184.000 millones de euros (unos 238.000 millones de dólares) de activos potencialmente tóxicos por su valor incierto (créditos de dudoso reembolso, inmuebles confiscados en un mercado devaluado), que representan un 60% de su cartera.
Esta fragilidad del sector provoca inquietud de los mercados sobre la salud de la economía española, especialmente después que esta semana Madrid tuviese que rescatar a Bankia, cuarto banco del país y el más expuesto de los grandes a estos activos inmobiliarios problemáticos.
"La idea general es que la situación de los bancos es peor de lo que se creía", ha dicho Edward Hugh, economista independiente instalado en Barcelona, recordando que "todavía estamos lejos de conocer la verdadera envergadura de las pérdidas" causadas por el sector de la construcción.
Como consecuencia, la reforma decidida impone separar estos activos en los balances de los bancos y valorarlos correctamente, teniendo en cuenta la pésima situación del mercado inmobiliario español.
En este sentido, el gobierno ha adoptado una medida, "obligatoria para todas las entidades", consistente en colocar sus activos inmobiliarios en agencias especializadas y separadas de los bancos, ha anunciado el ministro de Economía, Luis de Guindos.
El Ejecutivo ha decidido asimismo "encargar a dos valoradores independientes una valoración de todos los balances de las entidades financieras" para evaluar sus activos inmobiliarios, precisó la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Estas medidas se suman a una primera fase de reforma financiera, decidida en febrero por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, que ya había impuesto a la banca provisiones por valor de 53.800 millones de euros para protegerse ante el riesgo de devaluación de sus activos inmobiliarios.
Las provisiones, del 7% al 30%
Ahora "el nivel de provisiones pasará del 7% al 30% hasta finales de 2012" en los activos considerados como "no problemáticos" pero susceptibles de serlo, lo que representará un aumento de 30.000 millones de euros, precisó De Guindos. El objetivo es "dar credibilidad y confianza en nuestro sistema financiero, conseguir la venta de vivienda a precios de mercados y que vuelva el crédito", ha subrayado Sáenz de Santamaría.
"Lo que pretendemos es que para esas viviendas se fije su precio real, aunque pierdan dinero todos, los promotores y los bancos; se fije su precio real y se saquen a la venta", había avanzado el lunes Rajoy.
La medida fue sin embargo muy mal recibida en la bolsa de Madrid, que pocos minutos después del anuncio, caía 3,09% a 6.827,8 puntos, volviendo a su nivel más bajo desde 2003, con derrumbe de los valores bancarios. Aunque, finalmente solo ha caído un 0,7%.
Esta reforma llega dos días después de una nueva intervención pública en un banco español, la octava desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 y la más importante hasta ahora. Esta vez se buscaba salvar a Bankia, la mayor unión de cajas de ahorros y cuarto mayor banco del país, que a finales de 2011 cargaba con 37.500 millones de euros en el sector inmobiliario, de los que 31.800 millones son considerados problemáticos.
La operación consistió en transformar en capital 4.465 millones de euros prestados en 2010 por el fondo de ayuda pública al sector financiero (FROB) al accionista mayoritario de Bankia, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA). "Como resultado de esta conversión, el FROB será titular indirecto de un 45% del capital de Bankia, es decir, adquirirá su control", ha precisado el ministerio de Economía.
Según la prensa española, Bankia necesitará sin embargo más fondos públicos hasta completar una ayuda de entre 7.000 millones a 10.000 millones de euros en total.
Madrid, que ya ha prestado al sector bancario más de 15.000 millones de euros, rechazaba hasta ahora volver a rascarse el bolsillo, pero se vio forzado a ello ante las crecientes presiones del mercado.
El propio FMI había llamado a España a ir más lejos en el saneamiento de los bancos para subsanar sus debilidades.