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Economia

NO SE COMPRENDE

IGNACIO MARCO-GARDOQUI
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Es decir, que llegan unos nuevos gestores y en menos de 24 horas piden la nacionalización del banco cuya gestión les había sido encomendada. Incomprensible. Es incomprensible que los anteriores, y los anteriores, gestores lo hayan hecho tan mal. Es incomprensible que se les haya pagado por ello sumas astronómicas. Les recuerdo que a Blesa nadie le reprochó nada grave y a Rato hubo que bajarle el sueldo por decreto. Es incomprensible que el Banco de España, que está encargado de vigilar la actividad de las entidades bancarias y que dispone de cuantiosos medios humanos y legales para inspeccionarles a todas ellas, no se haya enterado de nada.

Es incomprensible que la CNMV, encargada de velar, entre otras menudencias, por la correcta formación de los precios en Bolsa no se haya enterado de nada de esto, a pesar de disponer de toda la información que necesite y de todos los medios de control que la ley le concede. Es incomprensible que todos los analistas que observan, desde fuera pero con muchísima información, no hubieran sido más contundentes en sus opiniones, si es que vieron algo raro y más incomprensible si no lo vieron. Es incomprensible que la auditoría se haya negado a firmar las cuentas tan solo cuando faltaban cinco minutos para su nacionalización y no hiciera antes ninguna advertencia sobre la gravedad del deterioro de la entidad que ahora se pone de manifiesto. Es incomprensible que las distintas esferas políticas que han controlado, vigilado e influido sobre las entidades que han formado Bankia y que, por supuesto, se han aprovechado de ella, no hayan dicho nada, no digan ahora nada y se limiten a escenificar un vergonzante mutis por el foro.

Ahora, la bomba estalla en las manos del tándem Rajoy-De Guindos. Este último, probablemente, sea quien menos culpa tenga de todo el desaguisado y quien más sopapos reciba. Rajoy no puede aducir ni ignorancia ni obediencia debida. Los organismos reguladores y los controladores dependían de Zapatero, pero los políticos implicados en la trama eran, casi todos ellos, subordinados (¿?) suyos. Si fuera verdad eso de que «cada palo aguante su vela», aquí se producía un incendio, con todas las velas encendidas y tiradas por el suelo. Pero, tranquilos, nada se quemará. ¿No quería todo el mundo más déficit? Pues aquí tenemos un buen pellizco.